A pesar de que las personas están conscientes de que la compra y venta de películas pirateadas, pirotecnia y productos de imitación es ilegal, siguen patrocinando este tipo de mercado con el fin de ahorrarse algunos dólares.
Este fue el hallazgo de una encuesta realizada por la Universidad del Sagrado Corazón, en la cual el 71 por ciento de los participantes admitió que ha comprado en alguna ocasión este tipo de productos y al mismo porcentaje le consta que esta práctica no es legal.
El 57 por ciento de los encuestados, quienes fueron personas de 18 años en adelante y de ambos sexos, han adquirido películas o música pirata. Los productos de imitación y pirotecnia alcanzaron el segundo lugar con un 7 por ciento cada uno. La razón principal por la que han obtenido los mismos de manera ilícita es porque “son más económicos”.
La encuesta se llevó a cabo en Arecibo, pueblo que, según las estadísticas de la Policía de Puerto Rico, es el que cuenta con mayor presencia de los llamados “piratas” y vendedores de pirotecnia. Esa información quedó confirmada con los resultados obtenidos, debido a que todos los participantes afirmaron haber visto estos puestos de venta en el mencionado municipio al menos alguna vez. El 79 por ciento respondió que los han visto “muchas veces”, mientras que un 21 por ciento los ha visto “pocas veces”.
Tal parece que los lugares predilectos por este tipo de vendedores siguen siendo las carreteras, a pesar de su escaso grado de privacidad. Un 64 por ciento contestó que los han visto con mayor frecuencia en las vías de rodaje y un 29 por ciento en pulgueros. Por su parte, un 7 por ciento contestó que los ha observado mediante la técnica de ventas a domicilio.
Mientras que las autoridades policíacas han afirmado públicamente que batallan incansablemente por detener la venta de productos ilegales tanto en las calles como en los mercados de pulgas en la Isla, al parecer, el resultado de su trabajo no ha sido tan reconocido por la ciudadanía. Siendo Arecibo uno de los pueblos donde más se realizan operativos para contrarrestar tal práctica, el 71 por ciento de los encuestados no tiene conocimiento de ningún vendedor de estos productos que haya sido arrestado. Un 21 por ciento conoce a “varios” vendedores y otro 7 por ciento conoce a un solo vendedor que fue intervenido por la Policía.
Como dice el refrán, “el ejemplo comienza por la casa”, y éste no necesariamente es el caso. El 64 por ciento de los participantes de la encuesta, realizada mediante un cuestionario, afirmó que ha visto por lo menos una vez a algún oficial policíaco comprando libremente alguno de los productos ilegales antes mencionados. Por su parte, un 36 por ciento aseguró que nunca ha observado a un miembro de la Policía incurrir en tal práctica.
Otro asunto muy relacionado son los llamados “puntos de drogas fantasmas” o “tape”. Estos pueden ser negocios de comidas ambulantes, barberías, agencias hípicas y negocios de bebidas alcohólicas, cuyo fin principal es la venta de sustancias controladas. El 79 por ciento de los encuestados conoce de la presencia de algún “tape” cerca de su hogar.
El 86 por ciento los encuestados calificó el esfuerzo realizado por la Uniformada para detener la venta de productos ilegales como uno “deficiente”. Mientras que el restante 14 por ciento lo calificó como “satisfactorio”.
marzo 2011
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