Alison K. Rodríguez Feliciano
Estudiante de Periodismo
Escuela de Comunicación Ferré Rangel
Universidad del Sagrado Corazón
Mientras tanto resolvemos con importados
(Editorial)
Cualquier persona
que entre a un supermercado en Puerto Rico y camine hacia la góndola de frutas
y vegetales será testigo de la escasa producción local. Estamos acostumbrados a
comer manzanas, peras y fresas, productos que ni siquiera pueden cultivarse
bajo nuestro clima tropical, y también a comprar pimientos, lechugas y tomates
que en su mayoría son importados de Estados Unidos. Ignoramos todos los
procesos que pasan esos frutos para llegar a nuestra mesa, sin saber las
consecuencias adversas que pueden tener en nuestra salud.
A excepción de
los productos orgánicos, las frutas y hortalizas importadas son cultivadas con
pesticidas, herbicidas y fungicidas. Así llegan a la Isla, luego de haber
pasado por diversidad de alteraciones que fingen la alta calidad y frescura que
nosotros exigimos como consumidores.
La
situación se agrava al conocer que en Puerto Rico se produce menos del 1 por
ciento de las calorías que necesita el puertorriqueño en su dieta diaria, según
la secretaria del Departamento de Agricultura (DA) Myrna Comas. La pregunta
obligada debe ser, por qué se produce tan poco.
Detrás de la
falta de accesibilidad a comidas más saludables, se oculta una industria local
de frutales y otra de hortalizas poco incentivadas. Solo los agricultores
cónsonos con la visión del DA, agencia que ha adoptado los modelos de
industrialización y monocultivos como los únicos viables, logran vender su cosecha por una
ganancia razonable.
No obstante, la
mayor parte de los agricultores de frutas y hortalizas son pequeños y
diversificados. No pueden cultivar 20
cuerdas de naranjas para suplir la demanda de un supermercado, ni mucho menos
competir con el precio de las que se importan de China. Así que recurren a la
venta de su limitada producción en las plazas del mercado o en puestos de la
calle, donde tienen que lanzarse a competir con alimentos más baratos que se
importan principalmente de República Dominicana.
La secretaria del DA puso en marcha, durante
este cuatrienio, un plan de seguridad alimentaria que alentaba un supuesto
crecimiento en la producción de todos los sectores, particularmente en el
renglón de frutales y hortalizas. Sin
embargo, no ha sido suficiente. Los agricultores continúan sintiéndose parte de
‘‘una industria rezagada’’. El llamado a la acción es para los directivos del DA
quienes tienen la responsabilidad de priorizar cosechas que son vitales para la
dieta del puertorriqueño y que cuentan con mayor capacidad de producción por
terreno. Mientras sigan utilizando los fondos para producir cultivos
modificados con ingredientes nocivos para el ser humano o para productos que no
tienen valor nutricional persistirá indefinidamente la situación de inseguridad
alimentaria y de pobre salud en nuestra población.
Agricultura en la Isla: ¿hacia dónde se
inclina la balanza?
Nota del editor: Primer reportaje de la serie
investigativa sobre los elementos adversos en la producción de la industria de
frutas y hortalizas en Puerto Rico. En esta ocasión trataremos el tema sobre la
desigualdad entre los agricultores locales y las empresas multinacionales de
biotecnología agrícola.
Los agricultores locales se enfrentan a una
feroz competencia día tras día porque, ocultas bajo sus lemas de ‘‘desarrollo
agrícola eficiente’’, las compañías multinacionales de biotecnología tienen a
su disposición los terrenos más fértiles de la Isla y otros privilegios que les
otorga el Gobierno para propósitos de ‘‘experimentación’’ y no para la
producción de comida.
Empresas como Monsanto Caribe LLC,
Pionner Hi-Bred y Syngenta Seeds,
dedicadas a la producción de organismos genéticamente modificados (OGM),
arriendan a la Autoridad de Tierras (AT) miles de acres en los municipios de
Juana Díaz, Santa Isabel y Salinas, áreas que por su condición geográfica y
sistemas de riego son ideales para el cultivo de frutales y hortalizas.
Aunque la Constitución de Puerto
Rico indica que el límite de
arrendamiento por corporación no debe exceder los 500 acres muchas productoras
de semillas transgénicas violan ese estatuto.
Sin embargo, el Departamento de Agricultura (DA) ha
decidido hacer caso omiso al permitirles un monopolio a empresas como Monsanto,
compañía que se ha encargado de crear estratégicamente sub-corporaciones para
distribuir los miles de acres que tiene arrendados.
A través del jueguito de sus sub-corporaciones
han conseguido beneficiarse de los incentivos agrícolas que incluyen un reembolso
de $2.72 dólares por hora de trabajo a cada empleado de campo, lo que se conoce
como subsidio salarial, y del uso ilimitado del agua.
Según el secretario auxiliar de
innovación y desarrollo agrícola, Manuel Crespo, los agricultores locales van
por encima de las compañías biotecnológicas. ‘‘Si en algún momento se nos
acaban los fondos para el subsidio salarial, tú puedes estar segura que se le
quitará el dinero a quien no le haga falta’’, sostuvo.
Terrenos descuidados limitan la producción
‘‘La AT cuenta con muchas fincas no alquiladas que están
disponibles para trabajar, pero son fincas abandonadas que están a punto de
convertirse o ya son bosques. A diferencia de los terrenos que tiene Monsanto
considerados de primer orden”, sostuvo Ian Pagán, agrónomo y agricultor.
El Departamento de Agricultura Federal acoge el término
de primer orden o ‘‘prime farmland’’ para describir las tierras que por sus
excelentes combinaciones físicas y químicas son idóneas para producir
alimentos, semillas y alimento para ganado.
Lo que afecta a muchos horticultores es la inversión
inicial que deben realizar para mejorar la infraestructura en espacios que le
pertenecen a la AT. En el caso de Pagán, la inversión inicial ascendió a más de
$30,000. Según dijo, eso lo ha llevado a confrontar problemas a la hora de
pagar su canon mensual de $300.
‘‘Yo adquirí esos terrenos para el año 2014 y por dos
años corridos hubo sequía extrema. Eso representó un reto adicional para mí ya
que tuve que invertir $20,000 en un sistema de riego’’, narró el también
creador del proyecto agroecológico Josco
Bravo.
De acuerdo a expresiones de Pagán, es injusto que se le
cobre arrendamiento cuando recae sobre él hacer mejoras permanentes en terrenos
que son del Gobierno. ‘‘Al menos deberían eximirme por cinco años del pago de
arrendamiento’’, dijo.
Mientras tanto, el escenario no es igual para las
multinacionales que no tienen que realizar aportaciones monetarias de mejoras
permanentes y su pago mensual, según Pagán, es similar a la cantidad que paga
el pequeño agricultor.
Crespo argumentó que los terrenos que hoy
tiene Monsanto siempre estuvieron disponibles y ‘‘nadie les hizo caso’’. Ahora,
la AT le arrienda a una de las compañías más ricas del planeta, por cinco años,
los mejores terrenos de la Isla con oportunidad de continuar renovando el
contrato indefinidamente.
Cero respaldo a diversidad agrícola
Si a un agricultor que utiliza métodos convencionales le
resulta complicado arrendar buenos terrenos a la AT porque tiene que competir
con empresas multinacionales, entonces para el que decide utilizar prácticas
ecológicas basadas en la biodiversidad parece ser un camino imposible.
‘‘Muchos agricultores del movimiento agroecológico han
hecho propuestas para rentar terrenos a la AT, pero el DA se las niega. Pocos
proyectos exitosos como los de Ian han sido aprobados por el DA’’, indicó el
coordinador de Nada Santo Sobre Monsanto,
Jesús Vásquez.
Y es que según Vásquez, a la hora de redactar la
propuesta de Pagán, tuvieron que disimular que el proyecto era un 100 por
ciento ecológico, porque de lo contrario el DA no hubiese creído que era
viable.
‘‘Hasta ese nivel
hemos llegado, porque la filosofía del DA está a favor de modelos fracasados
que nos han demostrado año tras año que no sirven para adelantar la
agricultura’’, agregó.
Mientras que para proyectos como el de la reactivación de
la industria de la caña de azúcar en 12,000 cuerdas de terrenos –que en un
principio se contemplaron 20,000- el Gobierno invirtió más de $9 millones.
Considerando que la producción de caña se utilizará como materia prima para la
elaboración de ron, es inevitable cuestionarse si, en efecto, el DA está
dirigiendo sus esfuerzos económicos a cumplir con el estatuto de seguridad
alimentaria que aparece en el Plan de Reorganización del DA de 2010 o a los
intereses de las multinacionales.
Pagán entiende que
esta inversión es una decisión económica errónea y propone que se facilite el
desarrollo productivo de hortalizas y farináceos en cuerdas diversificadas de
terreno, lo que daría como resultado la creación de más de 12,000 empleos
directos entre agricultores y trabajadores agrícolas.
Por otra parte, Vásquez reiteró la
preocupación que tienen los agricultores sobre la permanencia de Monsanto y
otras multinacionales en Puerto Rico porque cada vez quieren más incentivos
para experimentar.
Hace dos años Monsanto sometió el borrador de un proyecto
de ley para aumentar la cantidad de semillas con las que trabaja: soja,
algodón, maíz y sorbo. De acuerdo a Vásquez, si se hubiese aprobado el proyecto
Monsanto tendría hoy acceso a la experimentación con semillas que agricultores
locales siembran y cosechan como lo son la calabaza y el tomate.
‘‘El problema ocurre cuando la finca de un agricultor se
contamina con cultivos genéticamente modificados que se encuentran adyacentes. Esto puede ocurrir ya sea por un
agente polinizador como una abeja o por el mismo viento’’, expresó Vásquez. De
ocurrir una contaminación cruzada, la empresa biotecnológica y dueña de la
semilla patentizada GMO pude demandar al propietario de esa finca.
‘‘Aunque haya ocurrido
accidentalmente, el agricultor pequeño no tiene usualmente la capacidad
económica para defenderse en una corte ante el bufete de abogados con los que
cuenta Monsanto. Así que la finca contaminada termina pagándole a Monsanto por
sus semillas’’, declaró Vásquez.
Nota
de editor: En la próxima edición se estarán exponiendo las políticas
arbitrarias en la importación de frutas y hortalizas a Puerto Rico y sus
consecuencias en la producción agrícola.
Agricultores locales batallan desarmados
contra importaciones
Nota del editor: Segundo reportaje de la
serie investigativa sobre los elementos adversos en la producción de la
industria de frutas y hortalizas en Puerto Rico. En esta ocasión trataremos el
tema sobre las políticas arbitrarias en la importación de frutas y hortalizas a
Puerto Rico.
Si
llueve demasiado se daña la cosecha, si surge sequía también, si la finca se
infecta de plagas el trabajo aumenta. Mas la presión para un agricultor de
frutas y hortalizas no acaba en la etapa de cultivos porque cuando al fin logra
recolectar sus frutos, le toca batallar en una guerra campal con los precios
más bajos que tienen los productos importados. Resultando, en la mayoría de las
ocasiones, perdedor por las preferencias del consumidor.
‘‘Es
imposible competir con el precio de los productos importados en un
supermercado. Yo he tenido que recurrir a la venta sin intermediarios. Por
ejemplo, yo tengo el cilantrillo a dólar, pero si se lo fuese a vender a un
supermercado tendría que bajarlo mucho de precio porque el supermercado me lo
pagaría a precio de importado y no tendría ganancias’’, dijo el agricultor de
hidropónicos Rey Soto.
Para
el secretario auxiliar del Departamento de Agricultura (DA), Manuel Crespo,
‘‘no hay mucho que se pueda hacer’’. La Ley de Cláusula Interestatal permite el
comercio libre entre Puerto Rico y cualquier otro estado de los Estados Unidos,
sin regular precios.
Manuel Crespo, secretario auxiliar del DA |
Con esta ley, se
justifica entonces que, en el Supermercado Pueblo de Río Piedras, los tomates
locales estén a $4.39 el paquete y los de Estados Unidos a $2.19, casi a la
mitad.
Parece
ser inútil entonces uno de los estatutos del Reglamento para la Promoción de la
Industria de Hortalizas que establece: ‘‘se evitarán prácticas monopolísticas y
de competencia desleal (…) de las hortalizas de Puerto Rico e
importados’’.
‘‘Intentamos
ayudar a los agricultores locales, pero no es un negocio económicamente viable
para nosotros porque la ganancia es poca. Los productos importados son más
baratos’’, sostuvo el dueño del supermercado Econo Altamira, Antonio Pérez.
Por otro lado, el
joven agricultor de hidropónicos señaló que otro obstáculo para los pequeños
productores de frutas y hortalizas son las exigencias de los supermercados
sobre una constante producción de un solo cultivo.
‘‘Aquí
en Econo nosotros somos flexibles y llegamos a acuerdos. Si un agricultor no
pudo cosechar las 200 parchas que solicitamos y trajo solo 150, le damos la
oportunidad para que complete las 50 que le faltan con otro cultivo, pero eso
lo hacemos aquí. En otros supermercados no es así’’, expresó Pérez.
Por su parte, el
presidente de la Asociación de Agricultores, Héctor Cordero indicó que los
agricultores industriales de hortalizas en la Isla son pocos y producen para
mercados específicos.
Medidas,
barreras, limitaciones
Los
problemas con las importaciones no son exclusivos de Puerto Rico. Con la
llegada de la globalización y los tratados de libre comercio, Estados Unidos ha
introducido en muchos países de América del Sur una avalancha de artículos a
muy bajo precio.
Sin
embargo, estos países, a diferencia de Puerto Rico, regulan sus importaciones y
exportaciones colocando impuestos específicos o de valor a productos
particulares. De ese modo, limitan la entrada de artículos que pueden
representar competencia desleal a la producción nacional.
De
acuerdo con el abogado y consultor del Bosque Modelo, Salvador Coleman, aunque
el estatus colonial de Puerto Rico no permite establecer políticas que
incumplan los estatutos federales, existen medidas de índole fitosanitarias
para disminuir los efectos adversos que conllevan para la agricultura local la
entrada de alimentos del exterior.
Este tipo de
barreras no arancelarias se han aplicado a la importación de plátanos. Por eso
es más común encontrar producción local de este cultivo en prácticamente
cualquier mercado.
‘‘En los
plátanos, hay una protección de sanidad que le está permitiendo al agricultor
poder entrar en el mercado. Esta medida no existe en productos como los
pimientos, las lechugas o los tomates con los que nosotros tenemos que competir
con los productos del exterior’’, manifestó Cordero.
Irregularidad
tras irregularidad
Aunque
el consumidor puertorriqueño se conforma con los alimentos provenientes de
otros países, muchas veces las frutas y vegetales carecen de frescura y
calidad.
El
supermercado Plaza Loíza de Río Piedras tiene a la venta una gran cantidad de
frutas y hortalizas que no cumplen con varias de las ordenanzas del Reglamento
del Mercado número 12. Este establece cómo debe ser el aspecto físico de los
aguacates, mangos, tomates y ajíes, entre otros cultivos.
No
obstante, violando el reglamento que estipula el DA, es común encontrar
aguacates machacados de República Dominicana, naranjas podridas de China y
tomates maltratados de Estados Unidos en establecimientos como Plaza Loíza e
incluso cadenas multinacionales como Walmart.
Aguacates importados en mal estado |
‘‘En Puerto Rico
se compran y consumen alimentos que en otros países ni se atreverían a vender,
pero el puertorriqueño lo acepta como normal’’, declaró Coleman.
Falta
el interés
La
presidenta de la asociación Boricuá de agricultores agroecológicos, Elena
Biamon, tildó al DA como una agencia que muestra favoritismo con importadores,
empresas multinacionales de biotecnología y producción en masa, todo lo
contrario, a la agricultura ecológica.
“La
postura del DA ha sido apoyar en un 150 por ciento a las multinacionales porque
ellos entienden que esta es una opción para la agricultura en Puerto Rico, lo
cual es falso. Esas empresas no producen comida y si lo hicieran sería tóxica.
Lo mismo ocurre con las importaciones de productos transgénicos y de mala
calidad, son tóxicos para la salud del ser humano’’, denunció Biamón.
Por
otro lado, el agricultor del movimiento agroecológico, Ian Pagán reveló que la
secretaria del DA, Myrna Comas, no se ha reunido con la junta de productos
orgánicos desde hace un año. Esta junta fue creada bajo la Ley de Productos
Orgánicos con el propósito de promover dicho sector.
Sobre
este particular, Comas aseguró que se ha sentado en cuatro ocasiones con todas
las asociaciones que agrupan a los agricultores orgánicos y agroecológicos para
promover un crecimiento y desarrollo en el sector.
‘‘El problema con estos agricultores
es que no tienen volumen en sus ventas. Yo me he reunido con los dueños de
Freshmart y se han mostrado interesados, me he reunido con mercados en Estados
Unidos que también tienen interés, pero cuando voy a donde los productores
orgánicos me dicen que no pueden producir tanto’’, apuntó Comas.
Nota
del editor: En la edición de mañana trataremos el tema de las consecuencias en
la dieta del puertorriqueño por la escasa producción de frutas y hortalizas.
Frutas
y vegetales, un lujo en la mesa del puertorriqueño
Nota
del editor: Tercer reportaje de la serie investigativa sobre los elementos
adversos en la producción de la industria de frutas y hortalizas en Puerto
Rico. En esta ocasión trataremos el tema de las consecuencias en la dieta del
puertorriqueño por la escasa producción de frutas y hortalizas.
En un país en el
cual se produce menos del 1 por ciento de las calorías que una persona necesita
en frutas y vegetales, los ciudadanos que deciden consumirlos no cuentan con el
respaldo del gobierno, viéndose obligados a alimentarse con comida chatarra a
no ser que compren productos orgánicos que resultan más costosos.
Al menos esa fue
la experiencia de la joven Daniella Arroyo cuando visitó el supermercado Econo
de Trujillo Alto en busca de quinua, una semilla con un alto contenido de
proteína vegetal. La visita terminó en una disputa porque la gerente del
establecimiento se negó a dejarla utilizar la tarjeta del Programa de
Asistencia Nutricional (PAN) para comprar ese alimento. Según ella, el
supermercado no considera la quinua un alimento sino un suplemento.
‘‘La
Coca-Cola y el bizcocho de chocolate sí me lo aceptan y toda la comida chatarra
la puedo pagar con la tarjeta de la familia, pero he notado que cuando quiero
comprar alimentos más saludables los cajeros muestran cierta resistencia’’,
afirmó la joven quien indicó que padece de endometriosis múltiple y asma. Para
Arroyo es imprescindible el consumo de frutas, hortalizas y granos debido a
estos padecimientos.
Según
la nutricionista y especialista en control de peso, Vilma Calderón, la quinua
es el único alimento de origen vegetal que aporta cantidades completas de
proteína porque cuenta con todos los aminoácidos esenciales que necesita el
cuerpo.
La situación no
se circunscribe a la quinua sino también al consumo de frutas y hortalizas que
son cultivados por la agricultura industrial utilizando químicos como
herbicidas, pesticidas y fungicidas que resultan, en muchos casos,
potencialmente tóxicos para la salud de los humanos y la naturaleza porque su
uso está presente en las diferentes etapas de cultivo, procesamiento, almacenamiento,
maduración y conservación de los frutos.
Un ejemplo son
los guineos que se importan de Estados Unidos, los cuales se maduran
artificialmente al fumigarlos con etileno, un químico que, aplicado en grandes
concentraciones, puede resultar dañino para el organismo humano.
El
veneno que se oculta
Un
caso que muestra la peligrosidad de los químicos en la comida lo encarnó el
agricultor Jorge Quiles hace 25 años al comprar un fungicida llamado benlate
distribuido, en aquel entonces, por la empresa multinacional de biotecnología
DuPont, y que le ocasionó daños a sus plantaciones de parcha y calabaza.
‘‘Las
matas se quemaban, no sabía lo que ocurría en mi finca, pensé que algún vecino
me quería hacer daño. Siete años después aparecieron abogados a mi casa para
decirme lo que verdaderamente había ocurrido’’, contó Quiles.
De
acuerdo a los abogados de DuPont, el benlate se había contaminado con atrazina,
un herbicida. Eso provocó que las cosechas de Quiles y 35 agricultores que
utilizaron el producto se afectaran.
‘‘Se
me dañó la cosecha de 24,500 matas de parcha y fue difícil cumplir con el
contrato que tenía para la distribución de esas parchas. Me afectó mi salud y
se vieron afectados todos los puertorriqueños que consumieron de esos frutos’’,
reveló Quiles, quien actualmente no puede tener contacto con ningún químico
porque sus niveles de colinesterasa en el cuerpo son altos.
El
agricultor narró que cuando la DuPont visitó su finca en Corozal para estimar
los daños, llegaron en 15 guaguas. ‘‘Ellos parecían astronautas con unos
equipos sofisticados y cubiertos completamente mientras tomaban el análisis del
terreno’’, expresó Quiles. ‘‘Yo solo me acordaba todas las veces que bregué con
ese fungicida y nunca usé careta protectora’’, añadió.
En ese momento la
multinacional le ofreció la suma de $199,000 por los daños ocasionados y a
cambio le hizo firmar un acuerdo de confidencialidad para evitar futuros
conflictos que pudieran manchar la reputación de la empresa.
Abarrotados
de alimentos GMO
Según
la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el término GMO se
utiliza para designar a los organismos que han sido genéticamente alterados y
que son ingredientes principales en la mayoría de los alimentos procesados.
Compañías de biotecnología
como Monsanto se dedican a modificar los genes de las semillas de maíz al igual
que las de soya, algodón y canola. Según la empresa, que ya controla el 94 por
ciento del mercado, el propósito de la experimentación es que la comida dure
más tiempo y que no se afecte por plagas u otros eventos que pudieran
representar riesgos para la cosecha.
Entre
los alimentos GMO más comunes en el mercado se encuentra la semilla ‘‘Round up
Ready’’ resistente al uso del glifosato, un herbicida que en 2015 fue calificada
por la Agencia Internacional para Investigaciones del Cáncer como un probable
cancerígeno.
A
pesar de tener esperanzas, el puertorriqueño no tiene muchas opciones para
escapar de estas semillas modificadas porque más del 75 por ciento de los alimentos
que se venden en el supermercado contienen ingredientes GMO como el jarabe de
maíz alto en fructosa que se encuentra en los cereales, las galletas, el
bizcocho, el pan y las sodas, entre otros.
‘‘El
glifosato aumenta la proliferación de células malignas de mama, del riesgo del
linfoma no hodgkin, de malformaciones, alergias, alzhéimer y un sinnúmero de
enfermedades más’’, detalló la nutricionista y también especialista en el tema
de transgénicos, Calderón.
Contrarrestando
la opinión de Calderón, el presidente de la Asociación de Agricultores, Héctor
Cordero, aseguró que no existe ningún estudio que compruebe que un maíz GMO
afecta la salud por lo que recomienda su consumo en la población.
Mientras
que la secretaria del Departamento de Agricultura, Myrna Comas, indicó que no
ha tenido el tiempo de sentarse a comparar estudios a favor o en contra de los
alimentos transgénicos. ‘‘Ni creo tener la experiencia para llegar a eso’’,
agregó.
Utópicas
las guías alimentarias
El
Departamento de Agricultura Federal establece en su guía alimentaria del 2011
que el 50 por ciento del plato de un consumidor debe estar designado a las
frutas y los vegetales. Considerando que la Isla no produce lo suficiente para
cumplir con esta recomendación, se necesitaría aumentar en casi 100 por ciento
la importación de frutas y hortalizas.
Góndola con productos libres de tóxicos en Econo |
No
obstante, acorde a datos del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico para el
año 2015, del total de alimentos importados un 23 por ciento fue destinado a
carnes y preparados, mientras que solo un 12 por ciento lo fue para las frutas
y los vegetales. La diferencia es casi el doble y tomando en cuenta que para
octubre de 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) relacionó el consumo
de carnes rojas y embutidos con el padecimiento de cáncer, estos porcentajes de
importación adquieren mayor notoriedad para agencias como el Departamento de
Salud.
‘‘Una
buena política en el área de nutrición y salud requiere fomentar la reducción
de proteína animal. Entonces, mira qué paradoja, estamos en un país con
limitaciones económicas, pero la gente todavía sigue gastando e invirtiendo una
gran partida de presupuesto en las carnes en vez de en frutas y hortalizas’’,
manifestó Calderón.
Diciembre 2016
Esooo. Muy bien redactado Alison. Te felicito por tus logros alcanzados. Cada día veía que te esforzabas más, y nunca te rendiste en ir a entrevistar. Hacer lo que amas, a trabajar. Te admiro.
ResponderEliminar#youroommate -Tamara