Por Sara Iris Laudensack
Estudiante de Periodismo de la USC
En pie la regulación de guías turísticos
Nota del editor: Ésta es la primera parte de una serie investigativa sobre las negligencias de la Compañía de Turismo de Puerto Rico. Hoy se expone cómo la Compañía ha fallado en regular guías turísticos.
La Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR) corre el riesgo de perder su credibilidad al ser irresponsable con la regulación y certificación de guías turísticos en la Isla. Actualmente no existe un documento oficial para regular a guías turísticos. Un hecho contundente que degrada su autoridad a un nivel patéticamente alarmante.
La escasa regulación en el ámbito turístico permite que cualquier persona pueda autonombrarse guía y proveer servicios sin las credenciales requeridas para asumir dicha profesión. Los riesgos de esta conducta en la industria del turismo son preocupantes pues la falta de adiestramiento de estos llamados guías turísticos resulta en la desinformación y la falta de profesionalismo lo cual estimula la baja calidad de los servicios.
En Puerto Rico, la última ley en regular a guías turísticos fue la Ley 52 del 6 de mayo de 2008. Esta ley pautaba las normas requeridas para certificarse como guía turístico y asumir las responsabilidades de la profesión. Sin embargo, la Ley 52 expiró hace tres años y lo más grave del asunto es que la CTPR no hizo nada al respecto.
El director legal de la CTPR, el licenciado John Ophoff Figueroa, sustenta la falta de certificación transciende tres años admitiendo que no está seguro si han pasado siete pero reconoce que ha transcurrido mucho tiempo desde que la CTPR regula con rigurosidad. Actualmente, ningún guía en la isla posee licencia para ejercer.
“No sé por qué permitieron que pasara tanto tiempo lo único que sé es que me pidieron un reglamento y lo hice”, explica Ophoff Figueroa. El Director Legal, quien apenas lleva un año laborando en la CTPR, se encuentra creando lo que próximamente será el “Reglamento Oficial de Guías Turísticos de Puerto Rico” con la esperanza de enmendar las grietas en el servicio turístico de la Isla.
Según Ophoff Figueroa, el tan esperado reglamento de guías turísticos iba estar listo próximamente y de acuerdo al protocolo de la Ley de Derecho de Virtud se llevara a cabo una vista pública en donde el pueblo puede deponer sobre el reglamento. El Director Legal estará a cargo de enjuiciar la vista esa mañana y expone que más allá de la aprobación del público lo que va buscar es su opinión.
“Aun nadie sabe que el reglamento está en proceso de ser validado debido a que no le he notificado a la prensa porque no estoy listo”, explica el Director Legal. Debido a las normas de la Ley de Derecho de Virtud, Ophoff Figueroa tendrá que notificar la vista por algún medio de circulación mayor con 30 días en antelación a la fecha establecida para la vista.
El Director Legal aclaró que a pesar de las aseveraciones que de seguro replicará la Asociación de Guías Turísticos, el reglamento en proceso de elaboración será “justo”. Según Ophoff Figueroa, el reglamento será muy parecido a la última Ley 52 pero con algunos cambios. “El objetivo del reglamento es buscar uniformidad y establecer regulaciones justas,” expresa.
Entre las medidas presentadas en el nuevo reglamento Ophoff Figueroa encuentra de mayor importancia el dominio oral y escrito en los idiomas inglés y español más el conocimiento extenso de otros idiomas. “Las tazas de turistas extranjeros van en ascensión y es vital que tengamos variedad en cuanto a nuestra oferta de idiomas”, señala el Director Legal.
Aunque la Junta de Directores de la CTPR reconoce que el hecho de que no exista un documento oficial para regular a guías es severo, esto no le quita el sueño. “La falta de un reglamento no es una negligencia de parte de la CTPR ya que el volumen de trabajo es demasiado para una compañía que cuenta con menos de 500 empleados”, refuta Ophoff Figueroa.
Por otro lado la subdirectora de la CTPR, Ada Sofía Esteves, sostiene las declaraciones de Ophoff explicando que debido a la Ley 7, establecida por el gobernador Luis Fortuño, la CTPR no cuenta con suficientes empleados pero que esto no le molesta pues está segura de que las normas de esta Ley son lo mejor para el pueblo puertorriqueño. “Estoy cumpliendo con mi trabajo pero hacen falta personas”, asegura la Subdirectora. “Aunque no necesariamente es una necesidad porque con menos estamos cumpliendo dentro de nuestras restricciones al ejercer roles múltiples”, añadió.
Ambos integrantes de la CTPR expresan estar conformes con las labores de la Compañía pues han podido superarse y mantener el turismo activo en Puerto Rico a pesar de la actual crisis económica que sufren muchos países. Sin embargo no comprenden la falta de confianza que provoca en turistas cuando descubren que los guías turísticos en los cuales han depositado la confianza de aprender no tienen ningún tipo de certificación para validar sus aseveraciones.
“Ahora que sé esto en realidad creo que desde ahora en adelante me referiré a Google antes de unirme a una gira turística”, dice el turista californiano Mohammad Alavi al enterarse de que ninguno de los guías que le han orientado esta licenciado. “No pienso gastar dinero en alguien que lo más probable ni sabe de lo que está hablando”, añadió. Es evidente que para aquellos que reconocen la calidad de un servicio la falta de una licencia es una catástrofe inminente.
La CTPR se distingue por no ser reguladores estrictos incluso con la certificación de operadores turísticos, quienes cuentan con licencia para proveer sus servicios. “Cuando certifican a operadores turísticos el examen en inglés es solo conversacional y dura alrededor de cinco minutos”, indica Yariel Rodríguez, operador turístico de Amigos Tours and Travel.
Rodríguez, quien ha estado luchando por la certificación de guía turístico por dos años, explica que la CTPR no es muy estricta y que esto se denotaba con las normas anteriormente establecidas en la Ley 52. “Los requisitos que establecía la Ley 52 eran mínimos y debían haber sido más estrictos, especialmente con las áreas de historia y cultura de Puerto Rico”, sostiene Rodríguez.
Entre las pautas establecidas en la Ley 52 se encontraba que todo guía turístico tenía que ser mayor de 18 años, dominar el español e inglés, ambos oral y escrito, haber tomado cursos de historia de Puerto Rico y estar licenciado por la CTPR. Actualmente existen pocos guías turísticos que cumplen con estos requisitos, especialmente en la de conocimiento genuino de historia de Puerto Rico.
La poca regulación que ha ejercido la CTPR sobre guías turísticos implica la primera de una cadena de grietas que existe en el sistema infectivo de esta entidad. Es cierto que esto no ha afectado la taza de turistas en la Isla pero esta no es la problemática sino la baja calidad de servicio que representa este hecho.
Si este conflicto no se resuelve, Puerto Rico corre el riesgo de perder distinción entre lugares vacacionales por la baja calidad de servicio que representa. Si este dilema sale a la luz, peligra la reputación nacional. ¿Cómo se le puede dar prioridad a un lugar en donde ni tan siquiera sus embajadores turísticos tienen credibilidad?
Nota del editor: Mañana en la continuación de la serie investigativa sobre las negligencias de la Compañía de Turismo de Puerto Rico, observaremos las irresponsabilidades de dicha institución.
Compañía de Turismo de Puerto Rico se autodenomina responsable
Nota del editor: Ésta es la segunda parte de una serie investigativa sobre las negligencias de la Compañía de Turismo de Puerto Rico. Hoy se exponen los descuidos de la Compañía.
A pesar de todas las declaraciones positivas que emite la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR) muchos turistas no están satisfechos con los servicios que reciben en la Isla. Por tanto, es evidente que la CTPR no se enfoca ni en la regulación del ámbito turístico ni la satisfacción de sus consumidores pues los descuidos que han surgido en la industria son impresionantes.
En agosto pasado, la CTPR recibió seis querellas de turistas insatisfechos con vuelos arrendados por la Iniciativa del Desarrollo del Oeste (IDEO), una entidad creada con el propósito de impulsar el turismo europeo. El esfuerzo de IDEO fue estimular la entrada de turistas españoles con el fin de generar $50 millones en ingresos económicos para Puerto Rico.
Consecuentemente el proyecto quedó nulo pues solo visitaron un poco más de 200 turistas españoles vía el aeropuerto Rafael Hernández de Aguadilla y los fondos de IDEO se agotaron. Lo irónico es que mediante el proyecto, cuyo objetivo estaba fundamentado estimular ingresos en Puerto Rico, incitó la entrada de 4,548 turistas puertorriqueños a España.
Increíble pero cierto, el plan maestro para generar turismo europeo en Puerto Rico resulto más eficaz en Europa que en la Isla. Es así, que este caso engloba perfectamente los fallos de la CTPR pues al ser sometidos con querellas fue que la entidad asumió responsabilidad en reubicar turistas en aerolíneas y rembolsarles su dinero.
El fracaso de IDEO no es el único fallo en calidad de servicios que ha presentado la CTPR. La Compañía también ha demostrado ineficiencia en la regulación de guías turísticos, la pobre regulación de operadores turísticos y el mal manejo de fondos. “La realidad es que no podemos hacerlo todo”, sostiene John Ophoff Figueroa, director legal de la CTPR. “Apenas contamos con 500 empleados que ejercen roles múltiples”, añadió.
En cuanto a la regulación de operadores turísticos se puede deducir que es pasable pues por lo menos cuentan con un Reglamento de Operadores Turísticos de Puerto Rico, documento oficial que pauta las normas de estos funcionarios. Por otro lado, los guías turísticos no tienen un documento oficial que regule su oficio.
“No sé las circunstancias que impidieron la elaboración de un reglamento”, dijo Ada Sofía Esteves, subdirectora de la CTPR, al ser cuestionada sobre el asunto que confrontan los guías turísticos de Puerto Rico, quienes no han sido certificados desde la expiración de la Ley 52 en 2008. “Llegué hace solo tres años pero estoy segura que debe haber una buena razón”, añadió.
Según Ophoff Figueroa, la situación referente a la regulación de guías está por resolverse. Sin embargo, la certificación de operadores turísticos, quienes están encargados de la mayor parte del turismo terrestre en la Isla, no está siendo reglamentada con rigurosidad. “A los operadores no se les persigue mucho por eso pocos buscan certificarse”, explica Josué Muñoz, empleado de la sede de transportación turística de la CTPR.
El descuido de la regulación representa una amenaza a la calidad de servicios turísticos en Puerto Rico y por ende podrá perjudicar la imagen del País a nivel mundial. No obstante, la CTPR planifica remediar esta posibilidad explotando sus recursos económicos en publicidad ya que dicen no tener dinero suficiente para fiscalizar operadores, adelantar procesos legales y crear más iniciativas de seguridad.
Por otro lado, al momento de tener que sufragar $3 millones a la compañía publicitaria Key Integrated Solutions (KIS), la transacción se completó con éxito en menos de 24 horas. La cantidad inicial del contrato con KIS era de $17 millones pero Mario González Lafuente, director ejecutivo de la CTPR, dice que enmiendas repentinas de esta índole no son inusuales.
Charlie Hernández, representante del Partido Popular Democrático (PPD), denunció esta transacción por la Ley 237 de 30 de diciembre de 2010 la cual establece que “se requiere que todo contrato por servicios sea prospectivo, y que no se brinden servicios hasta que el contrato sea debidamente ejecutado y registrado ante el Contralor”.
Según el Legislador, esto significa que las irregularidades imprevistas en el contrato son ilegales y que al ser aprobadas es responsabilidad de la Oficina de la Contralora percatarse de la legalidad de los desembolsos de la enmienda. Luego de las acusaciones se llevó a cabo una conferencia de prensa en torno al tema, pero Lafuente no refutó a Hernández y simplemente sostuvo que la enmienda fue un gesto imperativo para auxiliar al artista Ricky Martin en la publicidad presentada por la CTPR en sus conciertos.
Al percatarse de la importancia de los servicios de KIS, Hernández recomendó contratar Manuel de Juan como funcionario dentro de la CTPR, pues éste recibe $175 mil anuales de la Compañía por proveer sus servicios mediante KIS. Sin embargo, esta posibilidad parece no ser posible pues De Juan rechaza la sugerencia al haber ejercido la función de subdirector de Promoción y Mercadeo de la CTPR cuando Luis Fortuño, gobernador de Puerto Rico, fue director de la Compañía.
Así mismo se puede inferir que las irresponsabilidades de la CTPR son más bien un producto de una ineficiente jerarquización de valores derivadas del lucro y el conflicto de intereses, la última de las cuales queda perfectamente ejemplificada mediante De Juan, quien además de ser colega del Gobernador es un íntimo compañero desde que estudiaron juntos en el Colegio Marista.
Sin embargo, la Junta directiva de la CTPR expresa estar “orgullosa” de su labor y se autodenomina responsable. Su pasión por el trabajo es tan punzante que al escuchar la palabra negligente Ophoff Figueroa se ofende expresando que “de negligente no tenemos nada aquí trabajamos hasta después de las cinco eso no lo encuentras en ninguna oficina de gobierno”.
Nota del editor: La serie investigativa sobre las negligencias de la Compañía de Turismo de Puerto Rico concluye mañana exponiendo la publicidad como prioridad de la Compañía.
Compañía de Turismo de Puerto Rico admite que la publicidad es su prioridad
Nota del editor: Ésta es la última parte de una serie investigativa sobre las negligencias de la Compañía de Turismo de Puerto Rico. Hoy se expone la publicidad como prioridad de la Compañía.
La poca valoración de prioridades ha forzado a que la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR) le dé prioridad a la publicidad sobre el bienestar de turistas que visitan la Isla. Por tanto los descuidos de la Junta Directiva que encabeza esta entidad son meramente el resultado de la jerarquización inapropiada de sus objetivos.
Ada Sofía Esteves, subdirectora de la CTPR, alega que como subdirectora su responsabilidad no es instaurar un orden si no promover a Puerto Rico como destino turístico. Ella explica que el enfoque primordial de su posición es más bien la publicidad, pues aquí es donde se estimula la entrada de los turistas que son quienes alimentan la industria.
“Lo más que trabajo es la publicidad, la responsabilidad de regulación de guías recae más bien sobre Marisol Dieppa, quien administra transportación turística”, señaló Esteves, quien no asume ninguna responsabilidad en la falta de regulación de guías turísticos porque, según indica, esta situación no concierne a su posición.
Según Esteves, la regulación es importante pero no es su enfoque pues no impacta a la CTPR significativamente. Sin embargo, los integrantes de la Sociedad de Guías Turísticos Profesionales de Puerto Rico indican lo contrarios. Estos portavoces de la cultura puertorriqueña desean ser licenciados para así evidenciar su conocimiento ante los visitantes que tanto buscan orientar.
“Como directora de servicios y productos mi responsabilidad es la evaluación y supervisión de transportación turística, calidad turística, educación, operaciones turísticas de la región Puerto Caribe y Puerta del Sol, los programas de paradores y mesones gastronómicos y el programa de bandera azul”, explicó Dieppa, a quien Esteves le atribuye todo control sobre la transportación turística de Puerto Rico.
El cargo de Dieppa ejemplifica perfectamente los roles múltiples que ejercen los funcionarios de la CTPR debido a la instauración de la Ley 7 del 9 de marzo de 2009 cuyos efectos redujeron las plazas en la Compañía, limitando así la cantidad de empleados a unos 500. Sin embargo, esto no influye la visión de la Junta Directiva en cuanto a los beneficios de tener más empleados.
“Estamos limitados en empleados debido a la Ley 7, pero nos alivia apoyar al Gobernador quien ha hecho estas decisiones para el bien de Puerto Rico”, dice Esteves, quien también señala que la Junta directiva actual está compuesta por los integrantes adecuados porque fueron seleccionados para sus puestos por Luis Fortuño, gobernador de Puerto Rico.
En cuanto a noticias la CTPR se mantiene bastante positiva a pesar de que este pasado mes el representante del Partido Popular Democrático (PPD), Charlie Hernández, se aseguró de que Puerto Rico se enterara de las transacciones irregulares entre la CTPR y la compañía publicitaria Key Integrated Solutions (KIS).
Como poco, en una conferencia de prensa el director ejecutivo de la CTPR, Mario González Lafuente, no refutó las acusaciones del Legislador y aclaró el asunto explicando que el depósito de $3 millones en menos de 24 horas antes de la expiración del contrato original fue imperativo para apoyar al artista Ricky Martin, quien solicitó anunciar el lema “Puerto Rico lo hace mejor” en sus conciertos.
González Lafuente aseguró que ésta es una de muchas medidas creadas para explotación agresiva de Puerto Rico como destino turístico. Entre otros esfuerzos de la CTPR, se encuentra una campaña publicitaria masiva en los Estados Unidos que tendrá un costo de $20 millones. “La campaña ha sido diseñada para promover a Puerto Rico como el destino vacacional ideal para los Estados Unidos y próximamente Europa”, explicó Esteves. “Se están localizando lugares estratégicos de acuerdo a una inversión específica”, añadió.
La campaña publicitaria multimillonaria publicará el lema “Puerto Rico lo hace mejor” en ingles junto a imágenes proyectando las actividades que turistas pueden experimentar en Puerto Rico, tales como golf, playa y hasta bodas.
El enfoque será anunciar la Isla en medios de circulación mayor, especialmente en cadenas de televisión reconocidas como ABC y periódicos impresos. Sobre todo el público de concentración más importante será la ciudad de Nueva York donde se proyectarán innumerables vallas publicitarias la más importante de las cuales estará en Times Square, donde el anuncio de “Puerto Rico lo hace mejor” se extenderá hasta marzo.
“Entiendo que nuestra misión es vender a Puerto Rico como destino de valor tanto local como internacionalmente y esto se demuestra en la actividad económica de nuestros hoteles”, expresó Dieppa, refiriéndose a las cifras emitidas por la compañía de estadísticas Smith Travel Research, quienes reportaron que se arrendaron más de 3 millones de cuartos en el año fiscal 2010-2011, siendo la tasa más alta en la historia de la Isla.
Por otro lado, el enfoque primordial de la CTPR es vender y aunque lo logren no se estimula demostrar a Puerto Rico de forma cruda fuera de la fachada de atracciones turísticas prefabricadas para reflejar una isla ilusoria, sendero hedonístico para todo turista en busca de un buen rato.
El lucro supera la patria hasta en la publicidad, pues la proyección de Puerto Rico como “hot spot” se refleja hasta en los anuncios de turismo médico. Recientemente la revista Contorno publicó un anuncio aprobado por la CTPR mostrando una mujer de buen cuerpo con un bronceado dorado y un traje de baño blanco. El anuncio contenía datos explicando por qué Puerto Rico es el lugar ideal para cirugías plásticas y estéticas.
Sin embargo, algunas personas opinan que no es en estos detalles que se encuentra la verdadera “venta” de Puerto Rico como destino turístico. “El dilema de la calidad de servicios turísticos en Puerto Rico es serio”, sostuvo Luis Miguel Pérez, un joven uruguayo de visita en la Isla. “He notado que se favorece más al que habla inglés y que se ignoran los temas políticos cuando surgen preguntas sobre el estatus”, añadió.
Según currículos establecidos para profesionales de la industria del turismo se deben evadir temas de religión, política y familiares. Sin embargo, la realidad es que Puerto Rico tiene una situación política, tiene un contexto histórico religioso y tiene historias familiares propias del núcleo puertorriqueño. Como dice la joven guía Mayrim Llorens Monteserim, “el turismo es compartir y, sobre todo, compartir información”.
Diciembre 2011
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