Sigfredo Rivera
Cruz
Estudiante de
Periodismo
Universidad del
Sagrado Corazón
EDITORIAL
Ajustes
en las prioridades del gobierno para sanear el país
Un
drástico cambio de actitud gubernamental será necesario para implantar
en las instrumentalidades públicas una planificación estratégica encaminada a
subsanar los daños socioeconómicos que sigue provocando la reducción masiva en
el número de habitantes en Puerto Rico.
Si se toma en cuenta que son una
multiplicidad de factores los que en conjunto siguen promoviendo el descenso en
la tasa de nacimientos, el aumento de las muertes y la salida de emigrantes, es
pertinente que el Gobierno recurra a su ingenio y reconsidere la población
entre sus prioridades para que no se continúe afectando a la ciudadanía.
Los tres componentes de cambio en la
población establecen una situación adversa para la estructura social y
económica de Puerto Rico.
El 2012 representó un 24 por ciento
menos de nacimientos que en 2004. Los resultados preliminares del Instituto de
Estadísticas de Puerto Rico ya revelan en 2012, un aumento del 1.0 por ciento en
la tasa de mortalidad que había sido constante desde 2004 y la salida de puertorriqueños
al extranjero el año pasado, se estimó en 75 mil personas. Todos los ángulos
en el análisis de esos datos establecen una estructura social que pierde
componentes esenciales para al menos, proveer un futuro económico más
saludable.
Menos nacimientos significan una menor
cantidad de recursos humanos en la fuerza trabajadora. Más muertes significan
una población enferma e improductiva. Y más emigrantes son prueba de un país
que ya no provee lo que sus habitantes necesitan.
La actitud que asume el Estado ante
este escenario denota una despreocupación parcial por las necesidades de los
ciudadanos. Una postura incorrecta si se reconoce que es el Gobierno el
encargado de velar por el bien común entre sus ciudadanos.
Las parejas necesitan mejores leyes que
promuevan la maternidad y paternidad en el trabajo. Las condiciones laborales
en Puerto Rico formulan un conflicto entre la reproducción y la calidad de
vida.
La salud requiere la pronta
intervención de las autoridades pertinentes, bajo una planificación
gubernamental fundamentada en estadísticas confiables pero prontas.
Las bases laborales de Puerto Rico necesitan
medidas innovadores que intervengan desde las oportunidades de empleo hasta los
salarios. Los puertorriqueños se van para trabajar en el extranjero, no
solamente porque en la Isla no encuentran trabajo, sino porque en el país
destinatario también encuentran la remuneración económica que corresponde mejor
a su preparación académica.
Viven
más y nacen menos
Nota del editor:
Éste es el primer reportaje de una serie investigativa sobre el efecto negativo
de la reducción de la población de Puerto Rico sobre la sociedad. Hoy
presentaremos cómo la inflexibilidad en las leyes laborales promueve que las
parejas no quieran reproducirse.
La mayoría de las familias que predominan en Puerto Rico
se caracterizan por parejas que han decidido no tener más de un hijo, amparados
en que esto garantiza a corto y largo plazo la estabilidad económica de su
núcleo familiar.
No
obstante, esa postura crea un desequilibrio socioeconómico que promueve el
crecimiento de una sociedad envejeciente, incapaz de contribuir a la economía
del País.
La natalidad es
uno de los principales elementos que preocupan a la estructura socioeconómica
puertorriqueña desde que las cifras que proveen el Instituto de Estadísticas y
la Oficina del Censo en Puerto Rico revelaron que la población de Isla se
redujo en un 5.5 por ciento del 2004 a 2013. A pesar de que la mayoría de las
personas encuestadas en la urbanización Van Scoy de Bayamón admitieron que
consideran entre sus prioridades tener hijos, un 70 por ciento de ellos declaró
que no tendrían más de uno.
“Siendo uno de los principales
componentes de cambio en la población, los nacimientos tienen el propósito de
establecer una estructura de remplazo que sustituya a los trabajadores que
envejecen”, dijo el demógrafo y consultor independiente Raúl Figueroa. “Si no
ocurren suficientes nacimientos para reemplazar a los trabajadores, la
población se tornará mayoritariamente anciana, con mayores necesidades y menos
apoyo económico por la falta de contribuyentes”, añadió.
A pesar de que Figueroa apuesta al
aumento de los nacimientos como una de las posibles soluciones al problema
social y económico que ha desatado la reducción de habitantes en Puerto Rico,
el nivel de responsabilidades y horas de trabajo que requiere el
establecimiento de una familia desalienta la idea de tener hijos.
“Creo que las cosas en
Puerto Rico no están bien y ahora mismo nosotros estamos pasando mucho trabajo
para poder pagar nuestras deudas y yo trabajo tantas horas que estoy más tiempo
en el trabajo que en casa”, declaró Ady Glorian Cruz, madre de un niño y esposa
con 27 años que reside en Naranjito. “Yo decidí no tener más hijos”, sentenció.
¿Cuántos hijos tendrías? |
La naranjiteña pertenece al
grupo de madres escolarizadas con más de un año de estudios superiores o
universitarios que produjo menos nacimientos en el pasado año, según el
“Suplemento especial de natalidad”, publicado por el gobierno de Puerto Rico a
finales de 2013.
La natalidad es una parte esencial en
la estructura económica de cualquier país. En el caso de Puerto Rico, los
nacimientos no son solamente responsables de proveer recursos humanos que
aportan a la economía a través de sus contribuciones, sino que también
delimitan fondos económicos que provienen de los Estados Unidos y que están
basados en la población y sus características.
“La realidad es que a través de los años las
parejas, y especialmente las mujeres, han antepuesto sus aspiraciones
profesionales y sus necesidades económicas por ejemplo, a la idea de formar una
familia que incluya más de un hijo en la mayoría de los casos”, declaró
Figueroa.
Para la oficial de recursos humanos en
First Bank de Puerto Rico, Viviana Ramírez, la situación económica y la falta
de ayuda para la crianza de los niños ha sido un factor determinante en la
decisión de tener un solo hijo.
“No
pienso tener más hijos por varias razones. En primer lugar, para los padres que
no tenemos ayuda adicional de abuelos y familiares es difícil tener más de un
hijo. La situación económica global y nacional es demasiado inestable. Yo
quiero poder ofrecerles una buena calidad de vida a mis hijos. Los altos costos
han reducido mis estándares de vida hasta donde estoy dispuesta a hacerlo”,
dijo Ramírez.
La Ley 3 del 13 de marzo de 1942, también conocida como
Ley de Madres Obreras, se estableció con el fin de proteger y velar por los
derechos de las mujeres trabajadoras durante la etapa de gestación. Aunque un
primer acercamiento a esta ley podría interpretarse como un esfuerzo del
Gobierno por vigilar los derechos de la mujer trabajadora durante la gestación,
la realidad es esta ley no contempla ni facilita la maternidad en el trabajo
después del alumbramiento.
A
la luz de este planteamiento, la
política pública del Gobierno no va acorde con el problema que las deficiencias
en la ley implican. Sobre todo, en tiempos en donde la población del país
desciende estrepitosamente debido a la falta de parejas dispuestas a procrear.
“Una
de las cosas que yo entiendo que el Gobierno tiene que hacer para estimular
nuevos nacimientos, es facilitarle a las mujeres ser empleadas y madres al
mismo tiempo. Hay que flexibilizar las áreas de trabajo a modo de que las
madres tengan siempre un lugar de cuido para sus hijos” declaró el demógrafo
Figueroa.
Las
enmiendas a la Ley de Madres Obreras se han dirigido a garantizar el tiempo y
espacio para la lactancia o por ejemplo, para asegurar el salario a tiempo
completo de las madres. No obstante, han sido escasos los proyectos encaminados
a mejorar las condiciones de trabajo durante el proceso de crianza, que como en
el caso de Ramírez, obliga a las parejas a abstenerse de tener más de un hijo.
La Junta de Planificación de Puerto
Rico fue creada por la Ley 213 del 12 de mayo de 1942 para guiar el desarrollo integral de Puerto Rico,
estableciendo un plan racional que conduzca a un proceso de desarrollo
económico y social sostenible. Esta Justa es un organismo gubernamental
adscrito a la oficina del gobernador de Puerto Rico.
A dos
años de la administración del gobernador Alejandro García Padilla, la Junta de
Planificación no ha esbozado un plan concreto para lidiar con la crisis de
natalidad en la Isla, principalmente porque entienden que tener hijos es una
decisión individual basada en las actitudes y experiencias de los ciudadanos.
“Las
actitudes de las familias puertorriqueñas hacia la composición familiar han
cambiado en comparación con las cinco décadas pasadas, cuando tener de cuatro a
cinco hijos era completamente normal”, dijo el director de análisis económico
de la Junta de Planificación, Juan Cruz. “Ahora las parejas simplemente han decidido
no tener hijos”, añadió.
Las
declaraciones de Cruz constituyen un análisis superficial de la crisis en la
natalidad porque descartan las variables que han conducido a que las parejas renuncien a la reproducción. De esta forma, Cruz desliga al Gobierno de su
responsabilidad en intervenir y establecer las condiciones ideales para que
aumenten los natalicios, como por ejemplo, promover legislación para ampliar
las leyes existentes sobre la protección a las madres obreras.
Nota del editor: Mañana continuará
la serie con un reportaje sobre las deficiencias en el sistema de salud que han
fomentado el aumento de la tasa de mortalidad
en el País.
Salud
en perpetuo desarrollo
Sin un plan
para combatir la mortalidad
Este es el
segundo reportaje de una serie investigativa sobre el efecto negativo de la
reducción de la población de Puerto Rico sobre la sociedad. Hoy
presentaremos un reportaje sobre las deficiencias en el sistema de salud que
han fomentado el aumento de la tasa de mortalidad en el País.
Mientras el cáncer, los padecimientos
del corazón, la diabetes y el alzhéimer siguen siendo las enfermedades
responsables de la mayoría de las muertes en Puerto Rico, el sistema de salud
no provee las herramientas necesarias para disminuir la frecuencia de muertes
en la Isla.
“El sistema de salud de Puerto Rico
carece de plantas físicas adecuadas, le faltan equipos necesarios para tratar a
los pacientes y escasean profesionales de enfermería. Eso provoca un aumento de
trabajo, pero disminución en la calidad del servicio brindado a los pacientes”,
declaró la profesora y enfermera en el Centro Médico de Río Piedras, Viviana
Torres Reyes.
“En muchas ocasiones no se hace buen
uso del dinero asignado para la salud del país o no se designan los fondos
necesarios para lograr establecer un sistema de salud competente y que vaya a
la par con las necesidades del pueblo”, continuó.
Según un informe que la Junta de Planificación
de Puerto Rico llamó “Suplemento Especial del Reto Demográfico”, y que publicó
a finales del año pasado, el perfil de enfermedades crónicas, unido al
crecimiento en la población envejecida del País, es un indicador de la
necesidad de nuevas estrategias de salud pública y asistencia social. El
informe evidenció que para el 2011 el cáncer fue la primera causa de muerte en
Puerto Rico, la primera causa de muerte
en hombres y la segunda en las mujeres. Los hombres murieron principalmente por
cáncer en la próstata y las mujeres, por otra parte, murieron mayoritariamente
por cáncer del seno.
Torres dijo que la preparación
académica de los profesionales de la salud en Puerto Rico está a la altura del
reto que les propone la tasa de mortalidad, pero que son otros los factores
responsables de que se afecte negativamente la calidad en el servicio y del
desarrollo pleno de las destrezas de los trabajadores de la salud.
“En la mayoría de las instituciones
hospitalarias hay escasez de equipo y recursos humanos que repercute
negativamente a la hora de combatir eficazmente estas enfermedades”, dijo la
también profesora.
Torres denunció que la falta en
herramientas y equipos tecnológicos ha impulsado a que muchos pacientes salgan
del País en busca de soluciones médicas, principalmente en los Estados Unidos.
Sin embargo obliga a que los pacientes más pobres acepten las limitaciones que
ofrece el sistema de salud.
“En algunas instituciones de salud no
se cuenta con la estructura física para lidiar con estas condiciones de
salud. Además, Puerto Rico no cuenta con
equipos o profesionales especializados para tratar algunas condiciones”,
declaró la enfermera.
Un tiempo de observación en el Centro
Médico de Río Piedras reveló a simple vista deficiencias de sanidad en los
edificios. Mientras, ciudadanos que esperan largas horas para ser atendidos son
prueba evidente de un servicio deficiente.
El
país necesita estadísticas confiables
Varios demógrafos denunciaron en la
década que inició en el año 2000, irregularidades en las estadísticas sobre la
mortalidad que proveyó el Departamento de Salud (DS), a través de su Secretaría
Auxiliar de Planificación,
Evaluación, Estadísticas y Sistemas de Información (SAPD).
Aunque
admite que la confiabilidad en la estadísticas que publica el DS ha crecido en
la medida en que parecen ajustarse mejor a la realidad de la salud
puertorriqueña, un demógrafo independiente que ha prestado sus servicios al DS
asegura que la lentitud en los informes que publica el Departamento sigue
perpetuando la desconfianza en las estadísticas de mortalidad.
“Todavía
hoy estamos basando el análisis de la mortalidad en Puerto Rico en datos que
proporcionó el DS para 2009 y 2010”, declaró el demógrafo puertorriqueño Raúl
Figueroa. “La información que tenemos luego de 2010 es parcial o preliminar. El
DS no ha podido hacer públicas estadísticas oficiales y completas que ilustren
el comportamiento en la tasa de mortalidad de 2011 a 2012”, añadió.
La SAPD se creó en 1995 bajo la orden número 99 para formular el Plan de
Desarrollo Estratégico del DS, a través del análisis estadístico necesario para
fundamentar el establecimiento de las condiciones de morbilidad y mortalidad de
la población.
Los informes preliminares que ya hizo
públicos la División de Estadísticas de la SAPD minimizan el aumento en el
número de muertes que ocurrieron en 2012 cuando lo categorizan como “leve
aumento”, a pesar de que la relación entre nacimientos y muertes ya ha dejado
en negativo el crecimiento natural de cinco municipalidades de la Isla.
Municipios con más muertes que nacimientos |
El informe que el DS llama “Resumen
General de la Salud en Puerto Rico”, revela que en Mayagüez, Rincón,
Hormigueros, Añasco, y Arecibo, ocurrieron más defunciones que
nacimientos, un fenómeno que también
se conoce como crecimiento natural negativo.
“Es un error reducir el impacto que
están teniendo las muertes en las estadísticas generales de población en Puerto
Rico, especialmente cuando la brecha entre los nacimientos y muertes cada vez
es más estrecha y se proyecta que el número de municipios con un crecimiento
natural negativo seguirá en aumento”, dijo Figueroa.
En el mismo informe, el DS admite que
la estabilidad en la población de Puerto Rico es un factor determinante en el
estatus socioeconómico de la Isla. El documento establece que la disminución en
la población representa menos recaudos, la posible reducción de fondos
federales y un impacto adverso en servicios como salud, educación, transportación
y vivienda, al surgir un cambio en la demanda por los servicios que se ofrecen
en cada sector productivo.
Salud en
desarrollo
A pesar de que las estadísticas
generales de la salud en Puerto Rico reflejan desde el año 2004 un panorama
desalentador para los puertorriqueños, el secretario auxiliar de Planificación
y Desarrollo del Departamento de Salud, Eddy Sánchez declaró que, a dos años de
la actual administración gubernamental, todavía no existe una planificación
estratégica que combata las condiciones de salud que acabaron con la vida de
29,892 personas solamente en 2012.
“Estoy en el desarrollo de una
presentación que voy a exponer ante el DS, para que conozcan de qué se enferman
los puertorriqueños en comparación con el resto del mundo. De esa forma el
Departamento podrá crear un plan más efectivo contra enfermedades como el
cáncer, que sigue en la primera posición de causas de muerte en Puerto Rico”,
dijo Sánchez.
Las declaraciones del Secretario
Auxiliar denotan una clara despreocupación por adelantar estrategias
fundamentadas en los datos estadísticos que desarrolla su Secretaría, junto al Instituto de Estadísticas de Puerto
Rico.
La SAPD sirve de instrumento institucional en
el DS para dar apoyo a los distintos niveles gerenciales del Departamento de
Salud y así facilitar la toma de decisiones. La Secretaría debe contribuir al
desarrollo de la política pública del Departamento.
Sánchez dijo que aún no existe un plan
estratégico para combatir la mortalidad porque los datos que se han publicado
no son concluyentes, sino preliminares.
“Reconozco que el Departamento tiene el
deber de disminuir la frecuencia de muertes por enfermedades en Puerto Rico.
Todavía no tenemos todos los datos necesarios para presentar un diagnóstico
correcto”, dijo Sánchez.
Nota del editor:
Mañana continuará la serie con un reportaje sobre las circunstancias sociales y
políticas que han impulsado la salida de puertorriqueños al extranjero para
encontrar trabajo.
Los cerebros que
se van y el corazón que se llevan
Sin freno la emigración de
puertorriqueños
Este es el tercer reportaje de una
serie investigativa sobre el efecto negativo de la reducción en la población de
Puerto Rico sobre la sociedad. Hoy presentaremos un reportaje sobre las
circunstancias sociales y políticas que han impulsado la salida de
puertorriqueños al extranjero para encontrar trabajo.
A pesar del rol fundamental que sigue teniendo
la migración para la salud económica de Puerto Rico y sus habitantes, el
Gobierno de la Isla ha fracasado en la propuesta de medidas gubernamentales
para retener y regresar a los 75 mil
puertorriqueños que emigraron entre 2011 y 2012, y que aportan a través de
su trabajo al crecimiento económico de países extranjeros.
“La migración es uno de los componentes
de cambio en la población que no es tan determinante en los países, sin
embargo, el caso de Puerto Rico es distinto ya que llevamos 11 décadas en donde
salen más personas de las que entran. Se estima que entre los años 2011 y 2012,
solamente entraron 20 mil personas a Puerto Rico, una cifra casi cuatro veces
más pequeña que la cantidad de personas que salieron, estimada en más de 75 mil”,
dijo el demógrafo y consultor independiente Raúl Figueroa.
Aunque el demógrafo reconoció que la
migración no representa un problema común en la mayoría de los países, entiende que la condición política y
geográfica de Puerto Rico, facilita la salida de los ciudadanos hacia el
extranjero. Lo que se suma a la recesión económica que experimenta la Isla
desde el 2005 y que promueve el aumento en la tasa de emigrantes.
El informe que rindió la Junta de
Planificación de Puerto Rico en marzo de 2014 y que llamó “Suplemento especial
de migración”, reveló que en 2011, el 20.7 por ciento de los emigrantes lo
constituyeron puertorriqueños profesionales. Este grupo representa el porcentaje
más alto de emigrantes que salió de Puerto Rico ese año.
Según se desprende de los argumentos que ofrecieron
algunos sujetos que se han ido del país, existen diferentes razones que abonan
a su decisión y que incluyen factores ligados a la economía, el desempleo y la
calidad de vida. Tal es el caso de Bárbara Abadía Rexach, una joven oriunda de
Fajardo, quien en el 2006 decidió irse a Austin, Texas, para estudiar su
doctorado en Antropología y ejercer como profesora de español.
Si bien
su motivación está ligada a su deseo personal de superación y
profesionalización, la realidad es que no tiene garantías de que pueda aportar
a Puerto Rico el peritaje adquirido a través de sus estudios universitarios.
“Tengo toda mi familia en Puerto Rico y
el proceso para adaptarme a otra cultura no fue fácil pero no regresaré en tanto
las condiciones de trabajo no sean distintas. Estoy segura que la academia no
es el único espacio para mi desarrollo profesional”, dijo la profesora de español
en la Universidad de Texas en Austin.
Abadía Rexach, de 33 años, pertenece al grupo
de trabajadores puertorriqueños que emigraron en 2006 con edades productivas y
reproductivas, que según describe el demógrafo Figueroa, entregan la Isla a
ciudadanos que promedian los 38 años y que son considerados demográficamente
como un sector social envejeciente en ruta a la improductividad.
“El caudal económico de Puerto Rico
depende de las contribuciones que garantiza el sector productivo de la
población. Es ese el grupo que con más frecuencia está saliendo a los Estados
Unidos. De inmediato ese escenario plantea un problema económico importante
porque reserva la Isla para los infantes y los ancianos, dos grupos sociales
que necesitan más de lo que pueden aportar”, declaró el demógrafo.
Las estadísticas que publicó el
Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) sobre el la fuerza
trabajadora de la Isla en enero de 2014, continúan siendo desfavorecedoras para
la promoción de la inmigración de trabajadores al País. Con 171 mil personas
desempleadas, la tasa de desempleo en Puerto Rico equivale al 15.2 por ciento
de la fuerza trabajadora.
La Secretaría Auxiliar de Planificación
y Desarrollo del DTRH tiene la responsabilidad de publicar información empírica
sobre la disponibilidad de empleos, sobre los salarios por ocupación y sus
requisitos.
Movimiento migratorio |
“Nosotros hemos diseñado programas de
orientación que comienzan desde los primeros grados educativos, hasta los
grados superiores. A través de ellos se pretende establecer una guía para que
los ciudadanos se integren al mercado laboral tomando en cuenta sus destrezas,
habilidades e intereses’, dijo la secretaria auxiliar interina de Planificación
y Desarrollo en el DTRH, Silvia Soto.
Sin embargo, Soto no pudo precisar la
efectividad de los programas de orientación que ha implementado su oficina,
especialmente cuando muchos jóvenes que se gradúan de profesiones saturadas
terminan saliendo hacia el extranjero en busca de oportunidades de empleo.
El “Suplemento especial de migración”
confirmó que la principal razón por la que emigran los puertorriqueños es el
trabajo. El 40.7 por ciento de los viajeros encuestados en 2011 declaró que salía
de Puerto Rico para trabajar. Estos datos constituyen las estadísticas más
recientes sobre la migración en el País.
Por otra parte, el representante por
acumulación Manuel Natal, quien dirige la Comisión para la Retención del
Talento Juvenil en la Cámara de Representantes, admitió que el panorama que
plantea la salida masiva de puertorriqueños al extranjero, no sólo crea un
desbalance económico que ya es evidente, sino que también promueve la
desconexión social entre los puertorriqueños que viven dentro y fuera de Puerto
Rico.
“Reconozco
que el Gobierno ha sido poco activo en la propuesta de leyes que establezcan
una relación más estrecha con los puertorriqueños que viven en los Estados
Unidos”, dijo el Representante. “No existe ya un compromiso o puente de enlace
como existía antes”, añadió.
Las declaraciones de Natal podrían
sostenerse en las estadísticas que publicó la Junta de Planificación y que establecen que el dinero que enviaron los puertorriqueños del
extranjero a la Isla para el año 2012 representan $170 millones menos que lo
que enviaron en 2005.
“Yo creo que una de las
mejores formas de promover ese lazo unificador es a través del voto. Es
importante que los puertorriqueños en Estados Unidos puedan participar de las
elecciones para que no se desvinculen de la situación política y social de su
país de origen”, declaró Natal.
El discurso de vinculación
y enlace que propone Natal responde a las estadísticas que el Gobierno publicó
a través del “Suplemento especial de migración”, que evidencia la existencia de un grupo de estudiantes
universitarios interesados en trabajar y residir fuera del país una vez
completen sus estudios, aún sin participar del mercado laboral de Puerto Rico.
“Yo me voy para Orlando
tan pronto como este año, una vez me gradúe. Viajo a Estados Unidos anualmente
y ya estoy convencido que allá encuentro la calidad de vida que no tengo en
Puerto Rico”, dijo el estudiante de Comunicación en la American University en
Bayamón, Marco Medina Díaz.
“Se está trabajando en propuestas para desarrollo
de nuevos empleos como la Ley de Empleos Ahora, pero estoy seguro que existen
otras áreas en las que Puerto Rico puede mejorar para competir con la calidad
de vida que propone el país destinatario que casi siempre es Estados Unidos”,
dijo el Representante.
La
Ley de Empleos Ahora busca viabilizar la creación de 50,000 nuevos empleos a
través de la otorgación de incentivos y beneficios a negocios. Un esfuerzo vago
que ha sido propuesto bajo otros nombres en el pasado y que aun así ha dado
paso a las a circunstancias laborales por las que hoy atraviesa Puerto Rico.
“Nuca será malo que los
estudiantes salgan del País a estudiar, lo malo es que no quieran regresar, y
hasta que no logremos sentirnos responsables del mejoramiento de nuestro País,
no vamos a salir del estancamiento económico”, concluyó el Representante.
Las declaraciones de Natal
resaltan de nuevo una actitud gubernamental que se desliga de las su compromiso
con el bien común y deposita en el ciudadano la responsabilidad del
mejoramiento del País.
Mayo 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario