24 de mayo de 2014

Pacientes en busca de servicios de salud sin salida

Paola Arroyo Guzmán
Estudiante de Periodismo
Universidad del Sagrado Corazón


Editorial
Puerto Rico sin médicos es un país enfermo
        
El Estado tipifica como delito nacer con una enfermedad congénita si por medio de su sistema médico ignora al paciente.   
Todos estamos bajo la sombrilla del déficit, nadie está exento de necesitar servicios públicos. Pero los seres humanos que reciben el impacto desde el nacimiento son aquellos que arrojan  positivo en una prueba de cernimiento neonatal para los cuales el tratamiento es más costoso, más riguroso y con profesionales escasos.  
El sistema público en Puerto Rico colocó en riesgo varios programas de residencia porque los futuros médicos no están obteniendo el número de pacientes requeridos por los programas.

 El factor que está provocando los problemas es la negociación entre las aseguradoras contratadas por la Administración de Servicios Médicos de Puerto Rico  (ASES) y las  instituciones médicas.
La aprobación del proyecto de ley de la Cámara de Representante que pretende asegurar la permanencia de las residencias médicas en Puerto Rico garantizaría  la creación de fondos para aumentar los sueldos de los médicos residentes de diferentes especialidades. 
Proteger la residencia de los estudiantes de medicina garantizaría un país más sano, sin exclusividad, libre de excusas, más eficiente y sin peligro. Puerto Rico merece eficiencia médica, capaz de atender las condiciones más especiales. 
         Puerto Rico necesita sacar de agenda el proyecto y llevarlo al hemiciclo.  Nuestro País exige proyectos que otorguen estabilidad a los  profesionales de la salud, esto constituiría un paso agigantado.  


         Se acabaron los servicios, ¿ahora qué?

Nota del editor: Este es el primer reportaje de la serie investigativa sobre las deficiencias en el servicio médico público para pacientes con enfermedades congénitas. A continuación,  exploramos  la extinción de programas médicos públicos para pacientes adultos.



El limitado menú de los programas que ofrece el sistema médico público de Puerto Rico para los pacientes adultos con enfermedades congénitas incurre en irregularidades cuando desahucia a los beneficiarios. 

En el País no existen suficientes hospitales capaces de atender a los pacientes con errores innatos. Y los que pueden no cuentan con los recursos.
No tener  programas para los pacientes con enfermedades congénitas significa una violación a la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y quebranta significativamente la Ley 194 del 29 de agosto de 2000, “Carta de Derechos y Responsabilidades del Paciente” que regula los servicios de salud médico hospitalarios en Puerto Rico.     
Ambos documentos protegen el derecho a la vida, reconocen la calidad de vida de todos los pacientes y ordenan el debido proceso de ley. Aun así este abandono se sigue documentando en los pacientes desde los 21 años.
Centro Médico de Río Piedras
El Centro Médico de Río Piedras es el organismo responsable de atender a 5 mil pacientes con errores innatos pero no cuenta con la mayoría de los programas básicos para atender a la población adulta.  
Vilma Negrón experimentó la insuficiencia de servicios médicos públicos cuando a su hija, paciente de fenilcetonuria (PKU),  Eidy Bonilla Negrón, cumplió la mayoría de edad y fue excluida del programa creado en el Hospital Pediátrico Universitario Dr. Antonio Ortiz, para la adquisición de Phenylfree (glucosa de aminoácidos).
La mitad de los pacientes diagnosticados con PKU son adultos abandonados por el servicio de salud con récords incompletos y  no cuentan con los especialistas en nutrición y genética. 
“Cuando el programa se creó, en el Centro Médico de Río Piedras no había estadísticas de adultos con PKU y el programa eventualmente se crea exclusivamente para los niños. No pensaron en las consecuencias y no tienen intenciones de corregirlo”, explicó Negrón. 
Eventualmente, se percató  de la inexistencia de programas para adultos que trataran la enfermedad de su hija. Con tan solo visitar las instalaciones del Hospital Pediátrico de Centro Médico y preguntar sobre la continuidad de los servicios para adultos, las contestaciones son mudas.
Las personas con este trastorno genético no tienen suficientes cantidades  de enzimas que específicamente descompone el aminoácido encontrado en la proteína. De ingerir cualquier cantidad de alimento que contengan proteínas causaría daño en los órganos.
La glucosa que antes le garantizaba el sistema público a Eidy le permitía adquirir aminoácidos sin el riesgo de consumir proteínas. El tratamiento de glucosa es la única manera para tratar a los pacientes.
Los servicios que necesitan los pacientes se componen de laboratorios, sustitutivos, nutricionistas, genetistas y fórmulas. El costo de los servicios médicos anualmente, según la Asociación PKU Puerto Rico, asciende  a los $175 mil por paciente. 
“Llevamos luchando desde hace dos años. Nos hemos reunido con Servicios Legales para demandar al Departamento de Salud. Buscando las leyes, encontramos que obvian la edad. Simplemente el hospital te registra como dado de alta, sin presentar opciones de tratamientos luego de la niñez. Esto es un maltrato institucional”, expresó Negrón.
Solamente el 2 por ciento de los pacientes con PKU pueden costear el tratamiento de aminoácidos. La consecuencia de no recibir  tratamientos adecuados degeneraría en dos meses el sistema mental y físico de los pacientes adultos, hasta causar la muerte.  
Varios proyectos de ley se han radicado con el propósito de crear clínicas regionales permanentes para la atención, prevención y tratamiento de los pacientes con enfermedades congénitas. 
Entre ellos se encuentra desde el año pasado, el Proyecto de Ley de la Cámara de Representante 1099, que específicamente trataría a los pacientes de PKU desde el nacimiento hasta la vejez.
En la ponencia del proyecto presentado por la Comisión de Salud, la secretaria del Departamento de Salud Ana Ríus, recomendó incluir en el proyecto a toda la población con errores innatos.
 Por el contrario, el director de la Administración de Seguros de Salud (ASES) Ricardo Rivera Cardona,  en el escrito presentado  ante la Cámara de Representante no recomendó la aprobación del proyecto.
Según el ingeniero Rivera Cardona, los pacientes afectados “son ampliamente atendidos y están cubiertos por programas de servicios de salud del Gobierno”. Además, comentó que significaría una duplicidad de los servicios y conllevaría gastos contra el presupuesto actual del País. 
Desde el 1987 se establece con la Ley 84 la creación de un programa para la orientación, detección y tratamiento de las enfermedades hereditarias clínicamente importantes para Puerto Rico, pero según Negrón, esta ley solo cumple con la etapa del diagnóstico, sin mayor ejecución.
“Lamentablemente en Puerto Rico, desde hace décadas el mal que arrastran los gobiernos es que no establecen centros con el propósito de seguir atendiendo a los pacientes,  aunque tengan más de 21 años, con el fin de crear independencia en ellos. Esta deficiencia también se presenta entre los niños de educación especial”, expresó la presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes, Lydia Méndez.
La falta de educación, además de incluir a la comunidad en los temas de enfermedades congénitas, son factores que la Representante identificó como un motor que fomenta la limitación de los programas de salud.  También admitió que al discutir medidas presentadas por su comisión en vistas públicas, los responsables de atender el tema actuaron con “desasosiego”.  
Aunque el Sistema de Vigilancia y Prevención de Defectos Congénitos documentó que  cada día nacen dos niños con problemas congénitos, y el sistema médico público anualmente tiene suficientes  fondos federales y gubernamentales, no ha sido razón para garantizar programas sin expiración. 

Nota del editor: En el segundo reportaje publicado mañana evidenciaremos la escasez de médicos especialistas en el sector público para atender pacientes con enfermedades congénitas y los factores que provocan el exilio


En peligro médicos puertorriqueños

Nota del editor: Este es el segundo reportaje de la serie investigativa sobre las deficiencias en el servicio médico público para pacientes con enfermedades congénitas. El siguiente reportaje evidenciará la escasez de médicos especialistas en el sector público para atender pacientes con enfermedades congénitas.

La planificación en las instituciones públicas hospitalarias y el déficit que arrastra la Administración de Servicios Médicos de Puerto Rico (ASEM) son factores que provocan  escasez de médicos especialistas en el servicio público.
La abogada del hospital privado Hima San Pablo en Caguas, Sonia Ortega, realizó los trámites para contratar al genetista Carlos Torres. Mientras, el Hospital Pediátrico Universitario de Centro Médico  atiende a todos los pacientes con un médico primario sin la especialidad en genética. Desde entonces, uno de los hospitales con mayor flujo en el País opera sin planes de tomar una acción eficiente.
Tampoco notificaron a los beneficiarios de los cambios en el personal médico, violentando el derechos a la participación en la toma de decisiones sobre el tratamiento protegido en la Ley 194 de 2000 “Carta de Derechos y Responsabilidad del Paciente”. Este derecho garantiza la participación real de  forma significativa en las decisiones relacionadas con su cuidado médico.
“Hace tiempo en el Hospital Pediátrico Universitario ignoran la situación que sufre la genetista  María del Carmen González. Ella está enferma, y por el momento no se encuentra disponible”, explicó la madre de una paciente con enfermedad congénita, Vilma Negrón
Ante la situación de la deficiente contratación de médicos especialistas en los hospitales públicos, el presidente de la Facultad del Hospital Pediátrico Universitario, Ricardo García contestó: “Se proyecta su reclutamiento según las demandas del servicio.  Siempre podemos tener más especialistas, pero la limitación de contratación en Puerto Rico es el factor más limitante”.
Los médicos que  deciden  permanecer en la Isla  y brindar servicios en hospitales públicos para la población se enfrentan a un atentado contra su salario. La nutricionista Frances Carrasquillo comprueba la inestabilidad económica con su ingreso. La especialista no recibe su salario hace tres meses aunque brinda servicios semanales en el Hospital Universitario.
 “Seguiré ofreciendo servicios hasta el día 30 de abril. Soy la única nutricionista que atiende a los niños con  PKU en el plan público.  Aun sin tener un contrato he dado los servicios, sin garantía de nada, por no abandonar a los pacientes”, confesó la nutricionista.
Por otro lado, la incertidumbre económica  por parte de ASES arropa la comunidad médica,  y es la causa principal del éxodo de especialistas del sistema público. Hay dos métodos para abandonar el sistema, la primera es dedicarse únicamente al servicio privado y la drástica es  abandonar la Isla.
Aunque el presupuesto asignado para ASEM es de $2,226 millones, más de la mitad de los especialistas encuestados en el Hospital Pediátrico Universitario Dr. Antonio Ruiz  encontraron deficiente la responsabilidad de la aseguradora en pagar el reembolso. 
“Si un hospital no tiene los servicios legalmente no está obligado a ofrecerlos. Aunque el paciente sí puede quejarse con el plan público (ASEM) o con el Departamento de Salud”,  detalló la directora del Hospital Pediátrico Universitario de Centro Médico, Mariana Román.
La enfermera en Centro Médico de Río Piedras, Miosoty Peña, explicó: “La carta de derechos del paciente no se cumple porque el paciente no conoce sus derechos. Si un paciente llega bien orientado, los servicios que ofrece  el hospital deben ser garantizados. Si no  tiene el especialista que necesita el paciente, la institución debe buscarle el servicio y costear el tratamiento”.
Aida Alicea y su hijo Diego Valentín
La falta de médicos especialistas en el servicio público provoca, según la madre de una paciente con problema auditivo congénito Aida Alicea Torres, un deterioro en la salud del paciente, causándole una integración deficiente con los recursos más esenciales como la educación.   
El Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico demostró en un estudio realizado este año que por décadas los médicos puertorriqueños han recibido los reembolsos  más bajos en toda la nación americana. 
“Mi hijo nació con problemas auditivos por eso tiene que visitar varios especialistas, pero el  neurólogo lo tengo que pagar yo porque el sistema público no tiene el servicio de neurología. De vez en cuando el Centro Médico ofrece servicio, pero no es seguro”,  expresó Alicea Torres.  
La escasez de ciertos profesionales de la medicina tiene un efecto negativo en la plataforma comercial de servicios de salud en Puerto Rico. Las consecuencias de la emigración médica provocan una carga adicional a los médicos que permanecen en el sistema público.
La contratación, según la supervisora del Departamento de Salud, Marisol Crispín Reyes, recae en el hospital público. La Supervisora explicó que el Departamento interviene cuando existe una querella  por parte de un beneficiario
De acuerdo con datos del Sindicato de Aseguradores para la Suscripción Conjunta de Seguro de Responsabilidad Profesional Médico Hospitalario (SIM),  la razón primordial por el éxodo de ciertos especialistas de la medicina de Puerto Rico es la falta de compensación económica.
 “Hace poco se discutió la deficiencia en cumplir los estándares establecidos por las leyes federales para la atención médica. Significa que aquí no cumplimos con la cantidad de médicos que se necesitan por paciente. Eso es triste”, explicó la enfermera.
Escasos los médicos especialistas
 “El Hospital Pediátrico Universitario tiene capacidad para brindar estos servicios, pero lo que limita el acceso de estos pacientes en otras áreas de la isla realmente es la cubierta del plan médico; el Hospital y la Escuela de Medicina sí aceptan Mi Salud, pero algunos proveedores en la isla no, por lo tanto tienen que dirigirse a nosotros (Hospital Pediátrico Universitario)”, explicó el doctor Ricardo García.
En agenda para este año fiscal se atiende una medida con el propósito de desarrollar un programa de incentivos para motivar a los futuros especialistas a ejercer sus prácticas profesionales en Puerto Rico.
  
Nota del editor: En el tercer reportaje publicado mañana evidenciaremos las irregularidades en los servicios médicos públicos para el paciente con una condición congénita y sus consecuencias.


Buscan salud en otra tierra

Este es el último reportaje de la serie investigativa sobre las deficiencias en el servicio médico público para pacientes con enfermedades congénitas. Hoy evidenciaremos las irregularidades en los servicios médicos públicos para el paciente con una condición congénita y sus consecuencias.

Las irregularidades de los hospitales públicos provocan un flujo migratorio  entre los pacientes con enfermedades congénitas porque no cumplen con su responsabilidad de gestionar y costear los servicios. 
La ruta hacia las  infracciones comienza desde que se acaban los medicamentos en el Hospital Pediátrico Universitario de Centro Médico y se van extendiendo porque no costean los servicios en otro hospital.
     El Reglamento para la operación y funcionamiento de las facilidades de salud en Puerto Rico dispone: “Cuando un hospital no provea los servicios necesarios, será responsabilidad de su administración, iniciar el traslado del paciente a otra facilidad, siempre que en el trascurso del mismo no peligre la vida y seguridad del paciente”.
     Ante la situación, la Unión General de Trabajadores (UGT) publicó un comunicado atacando el incumplimiento de la empresa César Castillo & CPS en suministrar los medicamentos en la institución, pero el Departamento de Salud (DS) y la empresa negaron las declaraciones.
A  juzgar por la presidenta de la Asociación de PKU, Vilma Negrón, la ineficiencia de facilitar los servicios de  medicamentos en el Hospital puede durar meses.
“No hubo aminoácidos durante dos meses para los pacientes con enfermedades congénitas en el Pediátrico, afectando la calidad de vida de los pacientes. La deuda del Hospital es tan grande que la farmacéutica contratada cortó el servicio”, puntualizó Negrón. 
La licenciada y experta en asuntos legales hospitalarios, Sonia Ortega, explicó: “Los hospitales tienen un formulario de medicamentos para suministrar. Si en algún momento no los tienen disponible tienen que hacer las gestiones para buscarle al paciente quién o dónde suministre el medicamento”.   
Pero para los miles de pacientes con enfermedades congénitas no pinta igual.  Varios afectados confesaron que el Hospital no le garantizó su derecho. Esto significa para los pacientes un deterioro irreversible.
“Cuando el hospital se tarda en tramitar el pago a la compañía entonces nos quitan y dejan de administrar el servicio que nos ofrecen, y la última opción es cerrar la cuenta con el hospital”, explicó la directora en ventas del Centro Médico. 

Misterio médico: “Nadie sabía lo que tenía mi hijo”
     Vivir en un país donde su cuadro clínico sea un misterio es un peligro. Como opción  miles de puertorriqueños recuren a la emigración, en busca de atender su condición en otro territorio.  
      El doctor genetista, Carlos  Torres Simon  le parece preocupante que solo se emitan cinco pruebas en una Isla donde la Oficina de Gerencia y Presupuesto indica que en Puerto Rico nace un promedio de 20 niños al año con alguna de las 29 condiciones que se conocen a través de las 29 pruebas de cernimiento recomendadas por el Colegio Americano de Genética Médica.
Carmen Rodríguez madre de un paciente con un diagnóstico incierto, explicó que desde el nacimiento su hijo fue atendido medicamente con un diagnostico relacionado al corazón, pero no sabían con exactitud qué era.
Hospital HIMA San Pablo de Bayamón
Admitió que visitó todos los cardiólogos que le ofrecía el plan público, pero ninguno pudo precisar su condición. Luego de la medicina amarga que experimentó, sin esperanza Rodríguez tomó la decisión de mudarse a Florida.
         Llegó a su nuevo hogar y solicitó el plan médico público, esperó un mes, y en la primera cita médica le dieron la noticia que su hijo seria intervenido de emergencia quirúrgicamente, de lo contrario perdería la vida. 
Eventualmente el cardiólogo que operó a su hijo le notificó que durante 10 años tuvo una artería adicional en su corazón causándole leves infartos.
 “Alexis estuvo visitando toda su vida a un cardiólogo de la Reforma  en Hima San Pablo Bayamón y nunca me notificaron nada sobre su condición. Me daban referidos, le hicieron estudios, citas porque supuestamente no sabían nada.  Mi hijo se seguía quejando, pero nunca  hicieron nada aunque la operación que él necesitaba estaba disponible”, explicó Rodríguez.  
     En Puerto Rico se ordenan por ley cinco pruebas de cernimiento neonatales para identificar las condiciones congénitas. Y aunque en el 2011 se presentó una medida para aumentar las pruebas, el gobernador para aquel entonces, Luis Fortuño, vetó la medida.

Solución costosa
     “Trabajar, ahorrar, viajar”, estos fueron los pasos que siguió Julio Torres Martínez, por consecuencia de las deficiencias en el sistema de salud de Puerto Rico.
     Mientras la  Isla se vacía anualmente buscando estabilidad económica,  Torres Martínez abandonó su  País  con  la intención de garantizarle a su hijo, Enrique Torres Fernández, los servicios  que su hijo necesitaba.
     El estudio “Actitud hacia un sistema de salud en Puerto Rico”, realizado por el Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, demostró que el 66 por ciento de los encuestados  encontraba que el sistema actual no protege adecuadamente la salud.
     “Yo me fui en el 2007 y abandoné mi trabajo de agente en la Policía, vendí mis propiedades sin conocer lo que me esperaba cuando llegara. Mi familia me dio apoyo, pero el proceso fue fuerte y costoso”, explicó Torres.    
     A preguntas sobre el frecuente éxodo que enfrenta el País en busca de mejores oportunidades médicas, la supervisora del Departamento de Salud, Marisol Crispín Reyes contestó con un “¡Sí!”.
     “Muchos se dan de baja notificado su traslado, el proceso por lo general equivale a una evaluación, notificación y también tenemos métodos de intercambio con el número de seguro social del beneficiario”, expresó Crispín Reyes.


Mayo 2014

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