15 de mayo de 2013

¿Educación de siglo 21 en Puerto Rico?


Cristina L. Pagán Torres
Estudiante de Periodismo de la USC


EDITORIAL
La educación en la Isla, atrás y no avanza

         La educación en Puerto Rico con el pasar de los años ha sufrido desmesurados deterioros en infraestructura y en el currículo de enseñanza.
Muchos han sido los cambios del Departamento de Educación (DE), pero ninguna de estas modificaciones ha ayudado a mejorar la calidad educativa de las escuelas. 
Los estudiantes están un 30 por ciento por debajo de las expectativas que tiene el DE. Existen en la Isla 1,321 escuelas en Plan de Mejoramiento. 
Por su parte, las críticas y los malestares entre maestros, directores y padres es evidente.
El DE ha fallado como administrador y ha permitido que los niños asistan a escuelas que se encuentran en condiciones infrahumanas, donde el ambiente no es saludable, ni sano.

Además ha propiciado discusión entre maestros, directores y facilitadores ante la falta de comunicación sobre los nuevos cambios que realizan al currículo de enseñanza. 
Asimismo, ha permitido que los estudiantes pasen meses sin tomar clases, pues se tardan en nombrar personal o simplemente no llenan las plazas vacantes.
Esta no es la educación soñada para el Siglo 21, si el DE trabajara más acorde y en conjunto con los maestros, los estudiantes y los padres, el panorama sería distinto.
Por otra parte, si diera más énfasis en educar lo que se necesita sin centrarse solamente en la Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA) se llenarían otras expectativas en los niños que no se están cumpliendo, así existirían menos estudiantes rezagados y menos desertores escolares.   
Por ahora, sólo queda esperar si los próximos administradores se dan cuenta de la educación que se está ofreciendo en la Isla, para que estos tomen acción y enderecen con métodos más rigurosos una de las cosas más preciadas que se puede tener, la educación.


Educación en riesgo por falta de recursos en las escuelas del País
Nota del Editor: En la primera parte de la serie investigativa sobre el deterioro en la educación elemental de Puerto Rico, conoceremos la falta de materiales y la pobre infraestructura: su efecto en la enseñanza.

         Entre edificios abandonados, mugrientos y repletos de hongos, canchas descuidadas y deterioradas, miles de estudiantes del sistema educativo público del País llegan al aula de clases a recibir el pan de cada día, donde se imparte la enseñanza a los futuros trabajadores de Borinquen.
         Más allá de los sombríos edificios e instalaciones habita la preocupación de los maestros comprometidos con la herencia educativa que sueñan con traspasar a los alumnos, pero que se enfrentan día tras día a la triste realidad de no encontrar los recursos necesarios para llenar las expectativas de los miles de niños que se levantan todas las mañanas con la ilusión de tener una educación de primera.
         Entre ese sinnúmero de maestros comprometidos se encuentra Cándida Pagán Domínguez, quien lleva 20 años como maestra de primer grado en el Departamento de Educación (DE). Para la maestra, uno de los problemas desmesurados que enfrenta en la escuela elemental Zoilo Gracia, en Collores, Juana Díaz, es la escasez de recursos como fotocopiadoras, libros, pupitres y una pobre infraestructura.  
“Yo tengo que comprar marcadores, tizas, decoraciones para motivar a los estudiantes, en fin un montón de cosas que se supone que nos las brinde el Departamento y aquí (a la Zoilo Gracia) no llegan, tengo compañeras que han gastado hasta $200 en fotocopias para los niños porque nos preocupamos por la enseñanza”, expresó en un tono de furia ante la situación Pagán Domínguez.
         Entre tanto, en su salón de clases era preciso ver las decoraciones que la maestra había creado con su esfuerzo y su dinero, carteles haciendo alusión a muñecos, puertas forradas con diseños, trabajos de motivación para los niños y lo más importante de todo, la sonrisa de los niños al disfrutar de los materiales que Pagán Domínguez había traído de su casa para dar la clase del viernes.
         Asimismo, la educadora señaló, “Si yo quiero que mis estudiantes aprendan de verdad no puedo esperar por el DE, por eso yo saco copias con mi dinero y me las invento para que mis estudiantes tengan los recursos que no se les están ofreciendo”.
         Por otra parte, en el municipio de Moca, en la escuela elemental Marías III, el panorama no es nada diferente de cómo se pinta en el pueblo de Juana Díaz. La escuela elemental lleva 15 años sin estar en plan de mejoramiento, es una escuela modelo, pero a pesar de esto los maestros han tenido que hacer de las suyas para poder cumplir con las necesidades de sus estudiantes, ya que los fondos asignados por el DE para la escuela no dan abasto.
         Maritza González, maestra de Ciencias en la escuela elemental Marías III, explicó cómo en la escuela en la que trabaja hay sólo un proyector para todos los estudiantes, que tiene que ser compartido entre 20 maestros.
“En muchas ocasiones por falta de materiales, como copias, libros y otros mecanismos de enseñanza he tenido que cambiar por completo la clase y poner a los niños a hacer otras cosas que yo no tenía programadas, lo que hace que los estudiantes se me atrasen en el material”, dijo González con una mirada preocupante y una voz que enfatizaba molestia ante la situación.
Por su parte, Grisel Muñoz Marrero, subsecretaria para Asuntos Académicos en el DE, aclaró que el DE le otorga a cada escuela los fondos necesarios para cada una y con esos fondos se supone que el director de cada escuela se encargue de solicitar los materiales necesarios para su institución. 
Del mismo modo, Víctor Detrés Collazo, director de la escuela elemental Joaquín Oronoz Rodón, en San Sebastián, coincidió con las expresiones de la subsecretaria para Asuntos Académicos. “Las escuelas que no tienen materiales y equipo es por culpa del director que es un irresponsable o no pidió los materiales o no se los han comprado, una de las dos, porque el presupuesto lo hace uno como director”, enfatizó el administrador.
La Resolución Conjunta número 3 del 28 de agosto de 1990, adscribe la Oficina para el Mejoramiento de las Escuelas Públicas (OMEP) al DE. Esta resolución pone en función un programa acelerado de reparación y embellecimiento de los planteles escolares y la compra de libros, pupitres, materiales y equipo didáctico en apoyo al proceso de enseñanza y aprendizaje.
Tiene como visión suministrar las facilidades físicas que apoyen al proceso educativo y que protejan la seguridad de los estudiantes. 
Para el año fiscal 2012 a 2013 el presupuesto general del DE es de  $3,552,309 billones, del cual gran parte se designa en fondos para las mejoras y los recursos de las 1,478 escuelas del País que atiende el DE.
         En una encuesta realizada por la Universidad del Sagrado Corazón, para un 82 por ciento de los maestros de la escuela elemental Marías III, el gobierno de Puerto Rico actuó mal, ya que en vez de construir las escuelas del Siglo 21, debió traer recursos a todas las escuelas regulares del País para mejorar la educación en la Isla.
         Las escuelas del Siglo 21 se hicieron con el propósito de brindar una mejor atención académica a los estudiantes y hasta el momento hay alrededor de 200 de estas escuelas en todo Puerto Rico.
         Para María Mangual, maestra de tercer grado en Juana Díaz, la situación por la que atraviesa el DE es triste. “Esto no es un problema de hoy, esto es un problema de hace años, es lamentable ver que lo más importante de Puerto Rico se esté perdiendo, porque si nuestros niños no se educan correctamente por culpa de negligencias y mala administración del DE, qué va a pasar”, manifestó la educadora, quien lleva cerca de 20 años trabajando como maestra.
         Un salón repleto de estudiantes con pupitres deteriorados por los años, una maestra en busca de una tiza para poder dar comienzo a su clase, un estudiante se pone de pie y reparte documentos impresos que trajo la maestra de ciencia de su casa, comienza la clase, todo marcha bien, hasta que la maestra decide utilizar el cuaderno de ciencia para el cuarto grado, ahí es cuando cuatro estudiantes se quedan sin libros pues no había ningún otro en el salón de clases.
         La maestra reaccionó con un gesto como si fuese una acción ya acostumbrada y colocó a los estudiantes con algún compañero del salón.
         La descripción anterior para González ya se ha convertido en su diario vivir, afirma que ella, con el pasar de los años, se ha acostumbrado a tener que “sacársela de la manga” para dar sus clases. 
               Por su parte, Romarie Morales, madre de una estudiante de primer grado, expresó cómo se siente de tener que llevar todas las mañanas a su hija a la escuela y encontrar el plantel en total abandono.
         “Para mí es vergonzoso tener que llevar a mi hija a esta escuela, pero esta es la que está cerca de mi casa, no sé por qué no la arreglan, me preocupa que mi nena, para poder ir al baño, tenga que bajar una cuesta media rocosa, eso es bien peligroso”, señaló Morales con un todo de voz preocupante. 
         Asimismo, Alejandra Negrón, estudiante de primer grado en la escuela Zoilo Gracia, relató que en su salón de clases los pupitres están dañados, “no es que estén feos, es que están rotos y hay animalitos que pican”. Los animalitos de los que hablaba Negrón son polillas que se han apoderado muchos de los asientos de la escuela.
         Por su parte, Nilda Landrón Marrero, gerente general de la OMEP, defendió al DE afirmando que la agencia hace todo lo que está a su alcance por conseguir las escuelas que tienen un deterioro avanzado en su infraestructura para trabajar con ellas.
         “Hacemos un estudio de necesidades de todas las escuelas de Puerto Rico que tienen más de 50 años y ahí comenzamos a trabajar porque queremos que nuestros niños tengan un ambiente sano y saludable”, dijo Landrón Marrero.
         Por el contrario, la subsecretaria Muñoz Marrero coincidió con la opinión de varios maestros del sistema público del País, en el aspecto de que la educación de la Isla cada vez va empeorando.
         “No podemos decir que esto está pasando ahora porque no es así, esto es un problema que necesita años para que ocurra, es decir aquí viene el mal manejo de las administraciones anteriores”, señaló Muñoz Marrero.
         “Nuestras escuelas son escuelas de Siglo 18, no del Siglo 21”, mencionó la presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), Aida Díaz. 
Según fuentes y un análisis del Departamento de Educación de Estados Unidos, la administración del gobernador Luis Fortuño en el año 2010 dejó perder $13.8 millones en fondos federales para la educación, fondos que debían ser utilizados para la compra de equipos para las escuelas y para iniciativas educativas.
         “Para poder llevar los recursos necesitados y arreglar a todas las escuelas de Puerto Rico se van a necesitar muchos años y muchas administraciones”, concluyó Muñoz Marrero.  

En el reportaje de mañana, presentaremos el problema de las plazas vacantes, el ausentismo de los maestros y los maestros sin una especialidad en el área que ejercen. 


Sin maestros, ¿quién enseña?

Nota del editor: Hoy continúa la serie investigativa en torno al deterioro en la educación elemental de Puerto Rico. En este reportaje, presentaremos cómo trabaja el Departamento de Educación con las plazas vacantes, el ausentismo de los maestros y los maestros si una especialidad.

Educadores que tardan meses para ser asignados a las plazas vacantes del Departamento de Educación (DE) o que simplemente tienen problemas de ausentismo, estudiantes que tardan largos periodos sin recibir uno de los regalos más preciados del ser humano, la educación.
 Esto parecería una idea un tanto remota, casi imposible de suceder, pero la realidad es que son muchas las escuelas públicas del País las que carecen de maestros. 
Un día normal en el sistema educativo público de la Isla del Encanto consiste en que los estudiantes lleguen a la sala de clases y que se presente un maestro que esté altamente preparado y dispuesto a enseñar a sus alumnos todos los conocimientos que tiene, pero ¿qué pasa cuando el maestro no llega al aula de clases o cuando el maestro no está preparado para ofrecer una materia que se le ha asignado?
         Aida Díaz, presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), explicó que en la Isla existen miles de maestros sin estar nombrados a plazas permanentes lo que propicia que haya escuelas que se queden sin educadores, debido a que estos tienen que rotar de escuela en escuela.
         “Esto es un problema que yo llevo tiempo abogando por él, de hecho, en repetidas ocasiones le he solicitado al gobernador Luis Fortuño y al DE que le otorgue la permanencia a los educadores, para así poder erradicar el problema de estar nombrando maestros a última hora y evitando también que nuestros niños y jóvenes se queden sin maestros”, recalcó Díaz.
         Para la líder magisterial esta situación en el DE afecta de manera drástica la calidad educativa de los estudiantes, pues para ella, que un niño se quede sin clases por meses crea unas lagunas que nunca se podrán llenar. 
         “Un estudiante que pasa meses sin clases pierde todo el interés, puede ser un posible desertor escolar si no recibió muchas de las clases, se atrasa totalmente en ese tiempo” añadió Díaz.
         Asimismo, Víctor Detrés Collazo, director de la escuela elemental Joaquín Oronoz Rodón, en San Sebastián, relató cómo en los 12 años que lleva de director en el DE ha tenido que lidiar en innumerables ocasiones con plazas vacantes.
         “Esto de las plazas vacantes se ve mucho, también pasa cuando hay maestras que tienen licencias por maternidad, pero por esto no se le puede echar culpas a nadie, es verdad que el DE se tarda bastante en nombrar a alguien, pero eso no se puede prevenir”, mencionó Detrés Collazo.
Para Detrés Collazo las plazas vacantes no son un problema que no se pueda corregir, sin embargo el ausentismo de los maestros es algo que para él es difícil de controlar.
 “En el tiempo que llevo de director me he dado cuenta que una de las cosas que más afecta a los niños en las escuelas es el ausentismo de los maestros”, puntualizó el director.
Al igual que Detrés Collazo, Sandra Santiago Rodríguez, directora de la escuela elemental Zoilo Gracia, en Juana Díaz, expresó su malestar ante las constantes ausencias que pueden presentar muchos de sus maestros.
“Ellos son seres humanos y uno los entiende pero cuando uno ve que llegan a faltar más de lo normal uno toma acción y habla con ellos, porque eso lo hacemos pensando en el bienestar de nuestros estudiantes”, dijo Santiago Rodríguez.  
Detrés Collazo contó cómo en su escuela una de las maestras en lo que va del semestre académico ha faltado unas 15 veces, lo que para su entender hace que los estudiantes pierdan mucho material y luego no pasen las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA).
Entretanto, Santiago Rodríguez comentó que el problema de las plazas vacantes es un asunto que cada vez empeora en la Isla.
“Esto es una situación que se ha agravado con el pasar de los años porque el DE señala que no tiene el control de las plazas, ahora tiene que pedir un autorización para poder contratar a un maestro, lo que antes podían hacer en una semana le va a tardar meses”, dijo la directora.
Para muchos directores del sistema educativo público del País las plazas vacantes es el eterno problema en el DE.
“El DE no tiene planes para nombrar a maestros en las plazas vacantes de manera inmediata porque se amparan en la Junta de Reconstrucción y Estabilización Fiscal (JREF); por eso no aprueba los nombramientos, así seguirá esto”, informó Díaz.
Según estadísticas presentadas en la página cibernética del DE, en Puerto Rico para el año 2010 habían alrededor de 3 mil plazas vacantes en toda el País.
Este año el panorama es similar, aunque la subsecretaria de Asuntos Académicos del DE, Grisel Muñoz Marrero, no pudo brindar una cifra exacta sobre cuántas plazas vacantes hay, dijo que rondaban las miles. 
         Estas plazas vacantes son de maestros de educación especial, clases vocacionales, maestros de bellas artes, historia, entre otros.
La Ley Orgánica 149 del DE le garantiza a los puertorriqueños el derecho a la educación pública y le designa posiciones al personal docente y no docente, así como detalla directrices.
Es en esta ley que se ampara Rebeca Rosado, maestra de kinder de la Escuela Elemental Zoilo Gracia, cuando especifica que un maestro tiene derecho a faltar, dejando claro que con las justificaciones prudentes.
“Nosotros podemos faltar, claro que sí, o es que no tenemos derecho a enfermarnos, lo que pasa es que hay que faltar cuando de verdad amerita la situación, no como algunos compañero que veo, que faltan por faltar”, dijo Rosado.   
La presidenta de la AMPR atribuye el ausentismo de los maestros a la medida que se pasó en el año 2010 en la cual se exhortaba a los maestros para que agotaran sus licencias por enfermedad que tuviesen acumuladas en exceso de 90 días.
“Yo estoy consciente de que el proceso de enseñanza y aprendizaje es uno continuo que depende del todo, del maestro y el estudiante, así que, si uno los exhorta a que falten, quién se va a quedar en el salón”, abundó Díaz.
Por otra parte, Muñoz Marrero dejó claro que en el DE los maestros que están trabajando en las escuelas elementales están todos altamente cualificados.
“Los maestros que trabajan en las escuelas elementales públicas de nuestro País son maestros que están totalmente preparados, son excelentes, porque el DE busca lo mejor para sus estudiantes”, señaló Muñoz Marrero.  
En lo que va de este pasado cuatrienio el DE ha cambiado cuatro veces de secretario de Educación, a esto la presidenta de la AMPR indicó que los constantes cambios de secretarios no afectan en nada a la educación.
“En el Departamento de Educación no se hace nada, no importa a quién pongan o a quién cambien, las cosas van a seguir igual porque es el maestro el que hace en la sala de clase prácticamente todo el proceso”, recalcó Díaz.     
Para Díaz es lamentable que haya tantos estudiantes en la Isla que se queden sin clases debido a la falta de maestros.
“En el DE no se hace una reestructuración del sistema, sólo se trabaja con los fondos federales, allí se trabaja como apagando fuegos todos los días pero no se trabaja un plan con visión para el futuro, por eso nuestra educación está como está”, finalizó Díaz.

            Mañana presentaremos el último reportaje de esta serie investigativa, en él analizaremos el currículo de enseñanza utilizado en la escuelas públicas del País. 


Estudiantes se cuelgan en las Pruebas Puertorriqueñas por falta de comunicación

Nota del editor: Hoy finaliza la serie investigativa sobre el deterioro en la educación elemental de Puerto Rico y en este último reportaje conoceremos el currículo de enseñanza utilizado en las escuelas públicas de la Isla.

“Ma, ti, me, ta, le, la”, estas eran las palabras que los niños de primer grado de la escuela Zoilo Gracia, en Collores, Juana Díaz, gritaban a coro como si estuviesen recitando un poema para su maestra un viernes en la mañana, todo era leído de una cartilla fonética preparada por la instructora. Así como en Juana Díaz, en toda la Isla los niños del primer grado debían estar repasando los mismos componentes gramaticales con sus educadores.
         De esta manera lo establece el Departamento de Educación (DE), el cual crea un currículo de enseñanza universal en el que todos los niños de las escuelas elementales tienen que estar a la par aprendiendo lo mismo sin importar de qué región del País sean y sin importar si uno de los niños está más avanzado que otro, pues la meta es que los alumnos pasen las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA).
         Según un Perfil del DE, en el año escolar 2008 a 2009 en el sistema educativo público del País había 730 escuelas en Plan de Mejoramiento, mientras que para el 2011 a 2012 se habían registrado unas 1,321 escuelas donde los niños no cumplen con las expectativas que tiene el DE, pues no pasan las PPAA.  
         Evy Toro Santiago, maestra de primer grado de la escuela elemental Zoilo Gracia, en Juana Díaz, plantea que el currículo de enseñanza no debería ser universal, ya que para ella en Puerto Rico hay diferentes necesidades dependiendo de la zona donde vivan los estudiantes.
         “Un estudiante de aquí de Collores no se puede educar como un niño, vamos a suponer, de Barrio Obrero, porque ellos viven en diferentes entornos, por lo tanto, la manera de enseñanza y los recursos que se utilicen van a depender de la necesidad que tengan los estudiantes”, señaló con un tono preocupante la educadora.
         Como Toro Santiago existen otros maestros que coinciden en que los mapas curriculares que utiliza el DE hacen que los niños que son un poco más lentos en el aprendizaje se queden rezagados, pues lo que no aprendió en primer grado no se le puede enseñar en segundo grado y así sucesivamente.
         Por su parte, la subsecretaria de Asuntos Académicos del DE, Grisel Muñoz Marrero, manifestó que esta queja de los maestros es errónea, pues el DE, tras recibir sinnúmeros de molestias por parte de maestros, envió un memo en el cual especificaba que el uso de los mapas curriculares era sólo una herramienta para los maestros.
         “Esto es una ayuda al maestro, una herramienta más para que ellos la utilicen para crear sus clases, pero no quiere decir que todos deben estar a la par al mismo tiempo, el maestro es quien decide lo que se debe educar”, explicó Muñoz Marrero con un tono de enfado ante la situación.

En el memo enviado por la subsecretaria de Asuntos Académicos del DE el 18 de septiembre de 2012 se explica el uso de los mapas curriculares como herramienta en la planificación de la enseñanza y se detalla que el maestro, a base de su experiencia y preparación académica, podrá utilizar la herramienta para fortalecer el proceso de enseñanza.
Para Muñoz Marrero fue la falta de comunicación entre algunos facilitadores y los maestros lo que ha provocado la confusión en las escuelas.
“Todavía sigo recibiendo quejas, el memo se envió, los mapas curriculares no se hicieron para perseguir al maestro sino para facilitarle la vida, por lo menos así lo veo”, dijo Muñoz Marrero.    
         Los mapas curriculares tienen unos estándares y unas expectativas que se deben cumplir a cabalidad para que los niños y jóvenes del País puedan pasar las PPAA.
         Por otro lado, Cándida Pagán Domínguez, maestra de primer grado en la escuela elemental Zoilo Gracia, señala que el DE ha centrado la educación en el salón de clases a que se enfoque en enseñar para que los niños pasen las PPAA dejando atrás otras necesidades que los niños puedan tener.
         “Ahora la educación se concentra más bien en cumplir con los estándares y las expectativas que tenemos en los mapas curriculares para que los alumnos pasen las pruebas, pero los niños tienen otras necesidades básicas que a veces no se atienden”, señaló la educadora que lleva 20 años trabajando en el DE.
Los últimos informes del DE revelan diversas deficiencias en los estudiantes, pues muestran un pobre desempeño académico en Inglés, Matemáticas y Español.
El pobre aprovechamiento académico de los estudiantes se refleja en el informe publicado en la página cibernética del DE donde aparece que los alumnos salieron 30 por ciento por debajo de las expectativas que tenía el DE.
Asimismo, el informe establece que el objetivo que tenía el DE para este año en Español era de 83.18 por ciento; para Matemáticas 84.68 por ciento y en Inglés un 34 por ciento, sin embargo la mayoría de los porcentajes obtenidos llegaron a 50.
A esto Marrero Muñoz dijo, “uno no va de 54 a 85, esto va poco a poco y hemos aumentado algo en comparación para como estábamos, hay aumento, en general hay un positivo 8, eso es grandioso”. 
Las PPAA están diseñadas con el propósito de evaluar el aprovechamiento académico de los estudiantes en las materias de inglés como segundo idioma, matemáticas, español y ciencias. Estas pruebas están alineadas a los estándares de excelencia de contenido establecidos en el año 2000 por el DE y cumplen con los requisitos de la Ley No Child Left Behind (NCLB).
Text Box:  “No critico las PPAA, pero creo que no se puede medir el conocimiento de un niño o joven en un día, sin embargo las pruebas son buenas, son creadas por maestros boricuas así que están bien”, dijo Víctor Detrés Collazo, director de la escuela elemental Joaquín Oronoz Rodón, en San Sebastián.
La escuela que administra Detrés Collazo está en su tercer año de Plan de Mejoramiento. Este problema el director se lo adjudica a los maestros, pues señaló que a su entender no están utilizando las expectativas y los estándares que proveen los mapas curriculares.

La ley NCLB de 2001 presta apoyo al aprendizaje en los primeros años de la niñez, y así previene muchas de las dificultades que puedan presentarse más adelante en el aprendizaje, además mejora la enseñanza y el aprendizaje dando mejor información a los maestros y a los directores y da más recursos a las escuelas.

         Por otra parte, como parte de algunos cambios en el sistema educativo, el DE ya no provee cartillas fonéticas a los estudiantes de primer grado, ahora el maestro tiene la opción de crearla.
         “Lo que hacemos en el DE es relativo, existen diferentes formas de hacer las cosas, con el pasar de los años todo va cambiando poco a poco y nosotros nos vamos adaptando, ya no son tan necesarias las cartillas fonéticas de papel”, señaló Muñoz Marrero.  
Por el contrario, Aida Díaz, presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), recalcó, “el sistema tal como está estructurado no provee para que el maestro desarrolle un plan de iniciativas, ni mejore el currículo de enseñanza y ese es el problema, hay que saber adaptar el currículo a cada estudiante, basado en las necesidades de estos”.  
Además, la líder magisterial enfatizó en que en diversas ocasiones ha ofrecido soluciones al DE para que los maestros sean escuchados y la educación sea amena.
“El currículo es una base, es una guía, y si la escuela tuviera la autonomía para crear el currículo esto sería distinto porque entonces los maestros se reunirían y crearían su propio currículo de acuerdo al contexto en que está desarrollándose el estudiante y la escuela, esa es una de las propuestas que hemos dado, buscando el total apoyo hacia los maestros”, finalizó Díaz.
El DE le brinda una hora a los maestros para que en ese tiempo planifiquen la clase del próximo día, para muchos de los maestros este tiempo no les es suficiente.
“La realidad es que 50 o 60 minutos no da para hacer la planificación de la próxima clase, porque supongamos que estoy haciendo mi trabajo y llega un padre, es mi responsabilidad atenderlo, ya se me fue mi tiempo, entonces ese trabajo me lo tengo que llevar para mi casa”, expresó Maritza González, maestra de Ciencia en la escuela elemental Marías III, en Moca.
A esta inquietud de los maestros Muñoz Marrero expresó, “ser maestro es un apostolado, no es cualquier profesión, es un compromiso total, es una vocación preciosa, pero también de pobreza, eso que uno lo sabe cuando decide trabajar en el DE”.

Diciembre 2012

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