Suleidy Sosa Hernández
Estudiante de Periodismo de la USC
EDITORIAL
Sin esperanza los graduados
El futuro de los
profesionales en Puerto Rico no es tan alentador como ellos esperan que sea.
Alrededor de 15,000 estudiantes se gradúan cada año con la esperanza de
conseguir un empleo en su especialización, pero la realidad es que el mercado
laboral no está preparado para recibirlos.
Luego de obtener una preparación
universitaria estos profesionales se topan con la triste noticia de que su
bachillerato, maestría e incluso doctorado no les va a asegurar un buen empleo.
En cambio, sí les puede ofrecer oportunidades de trabajo en aéreas de servicio
al cliente, meseros, guardias de seguridad, entre otras ocupaciones que no
requieren ningún título universitario.
Lo peor de esta
situación es que este escenario no supone cambios hasta el 2018, en donde
esperan un alza en empleos. Estos profesionales no tienen otra opción que
emigrar de Puerto Rico en busca de las oportunidades que su Isla no les puede
ofrecer.
Esto más allá de ser un problema individual,
es un problema colectivo que afecta a toda la sociedad. Mientras el escenario
laboral no mejore, más serán los talentos que se irán fuera del país, y
asimismo más serán los jóvenes que desistan de estudiar una carrera
universitaria, debido que sin ella pueden estar en la misma posición que una
persona que se quemó las pestañas por cuatro años.
A pesar del panorama
desalentador donde se presenta un déficit millonario, a la sociedad puertorriqueña
no le queda más que esperar que las promesas del gobernador electo Alejandro
García Padilla, de crear 50,000 empleos
en 18 meses, se hagan realidad y puedan contribuir al país como los
profesionales que son.
No hay trabajo pa’ tanta
gente
Nota del editor:
Este es el primero de una serie investigativa de tres reportajes sobre la
escasez de empleo para los profesionales. En este reportaje conoceremos cómo la
fuga de talentos ha afectado a Puerto Rico.
Llenos de entusiasmo, algarabía y con muchos
sueños, miles de graduandos celebran el día que culminan su bachillerato. Pero
a la misma vez hay quienes solo están pensando en el número de vuelo que los
alejará de su Isla y los llevará a otro destino en el que esperan alcanzar los
empleos que su país no les puede ofrecer.
Cansados de andar para aquí, para allá,
de llenar solicitudes de trabajo y de no contar con las recomendaciones
necesarias que puedan colocarlos en un buen puesto de trabajo, miles de profesionales
han optado por no continuar buscando una oportunidad de empleo que parece
inalcanzable.
Tal es el caso de la joven Karen Pinet,
graduada de asistente administrativa de la Universidad del Este (UNE), quien cuando se graduó pensó que había culminado
la parte más difícil de su formación profesional, sin pensar que el camino más
complicado lo inició el día que, vestida con su emblemática toga, escuchó la
conocida frase “los declaro graduados”.
“Yo terminé mi carrera con muchos
sacrificios. Tuve que pedir préstamos para poder pagar los gastos de la
Universidad, pero lo hacía contenta porque era lo que quería. Ahora
sinceramente pongo en duda si todo ese esfuerzo valió la pena”, explicó Pinet.
Miles de profesionales que completaron
largos años de estudio tienen que emigrar a otros países porque simplemente el
país no está preparado para recibirlos. En este año Estados Unidos ha sufrido
un fenómeno migratorio debido principalmente a la falta de empleos en la Isla, al igual que por la alta incidencia criminal.
Una encuesta realizada por el periódico USA Today reveló que cerca del
45 por ciento de los residentes de
Puerto Rico, quienes son un total de 3.7 personas, han considerado dejar la
Isla y trasladarse a Estados Unidos en busca de una mejor situación económica.
Según el economista y profesor de la
Universidad del Sagrado Corazón (USC) Rafael Llompart otra de las causas que ha
propiciado la fuga de talentos es la diferencia salarial entre Puerto Rico y
otros países.
“Los sueldos son muy bajos y eso es algo que motiva a emigrar. Todos
tienen su derecho a hacerlo, pero eso definitivamente afecta a la estructura
social de nuestro país que se está quedando sin
profesionales capacitados que pueden contribuir a la economía del país”,
explicó Llompart.
Ciertamente Puerto Rico está perdiendo sus mejores talentos sin importar
de la clase social que provengan. La decisión de
emigrar ha dependido de las diferencias en remuneraciones y el alza en el
desempleo que actualmente se encuentra en 13.5 por ciento.
Según el economista Llompart, Puerto Rico no
había tenido que pasar por una crisis como ésta desde la década de los años 30,
a la cual ahora nombran como recesión.
“El gobierno ha tenido que tomar decisiones
que en muchos casos no han sido las más correctas ya que quizás han empeorado
la situación del país, pero también han realizado otras que, aunque no se
justifican, han sido para el bienestar del país”, explicó el economista
aludiendo a los despidos por la Ley 7.
Para Suheil Torres, madre soltera y profesional
en el campo de sistemas de justicia, el haber sido cesanteada en el 2010 fue
una de las peores desgracias de su vida, debido a que desde ese momento no ha
podido obtener un empleo como el que tenía en el Departamento de la Familia
(DF)
“Después de haber sido cesanteada he ido a
muchísimas entrevistas de trabajo y nunca me llaman. Ya he tenido que optar por
trabajar de vendedora en tiendas porque tengo que darle de comer a mi hijo,
pero no es justo, cuando yo estudié y me preparé”, explicó la mujer con un tono
de frustración y coraje.
La crisis económica ha debilitado la
producción del País que en estos momentos se encuentra baja, y ha provocado que
los empleos disminuyan.
“Lo que genera empleos e ingresos es el gasto
de los consumidores y es ahí donde está el problema. Mientras más gente haya sin
trabajo, menos se puede gastar”, explicó Llompart aludiendo a la situación
económica
A pesar de ese panorama, el crecimiento
económico de Puerto Rico en los pasados años había brindado un resultado
negativo; hoy, aunque no de manera excesiva, ya se comienza a ver una mejoría
en la actividad económica.
Otro de los problemas que contribuye al
desempleo en Puerto Rico es que las Universidades no han reinventado sus
currículos y muchos están obsoletos y no representan la realidad del mundo
laboral en que vivimos.
Las
universidades tienen que reinventar sus ofrecimientos académicos y preparar a
los estudiantes a que existe un mercado laboral que está estancado. Ese mismo
mercado no está preparado para recibir cientos de estudiantes especializados en
la misma área.
Cada año se gradúan cerca de 15,000
estudiantes universitarios y de esos el 58 por ciento eligieron profesiones
relacionadas a los campos de la ciencia, medicina, educación y administración
de empresas. Según datos de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPR),
Mayagüez y Humacao, esta tendencia no está muy alejada lo que está requiriendo
el mundo laboral. Asimismo, profesiones como las de sistema de información, a
pesar de no ser tan populares entre los graduandos, están teniendo un abundante
crecimiento.
La situación del mercado laboral de Puerto
Rico en los últimos cinco años ha estado caracterizada por una recesión
económica. El segmento de la población joven ha evidenciado una disminución en
la participación laboral y un aumento en
el por ciento de desempleo. Los datos para el año 2011, muestran que alrededor de tres de cada diez
jóvenes (29.7 por ciento) que participan en el mercado laboral están
desempleados. La mayoría de éstos son jóvenes de jóvenes entre 16 a 24 años.
Según un estudio del Departamento del Trabajo
y Recursos Humanos se espera un alza de 59,384 empleos del 2008 al 2018. De
esos, las profesiones de mayor
crecimiento se relacionan a
la informática, las ciencias, analistas de sistemas de redes, técnicos de
farmacia e ingenieros de diseño de programas de computadora.
Ante
la crisis
económica y de empleo actual, muchas personas han optado por nuevas oportunidades laborales. Si bien es cierto
que empleos bien remunerados hay pocos, también es un hecho que el más
preparado es el que logrará salir victorioso.
Asimismo,
universidades como el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) son monitoreadas por las corporaciones
estadounidenses en busca de graduandos, sobre todo, de ingenieros bilingües.
El
problema de la fuga de cerebros no únicamente afecta al graduando, sino que es
un inconveniente que afecta a toda la ciudadanía. Pero, lamentablemente no
tienen otra opción, y mucho menos cuando han agotado todos sus recursos.
Este
enigma va más allá de que uno, o que otro decidan mudarse y hasta cambiar su
manera de hablar y de vivir. Esto se ha convertido en una fuga de sueños,
anhelos y de ilusiones.
Nota
del editor: En
la continuación de la serie, mañana conoceremos cuales son los empleos que
tienen más auge en la Isla.
Mundo de ocupaciones, no de profesiones
Nota del editor:
Este es el segundo de una serie investigativa de tres reportajes sobre la
escasez de empleo para los profesionales. En este reportaje presentaremos los
empleos que están disponibles en el país y la pobre educación que se requiere
para estos.
El proceso de la selección de una
carrera universitaria es una fase trascendental en la vida de todo estudiante
que desea iniciar estudios profesionales. Las aptitudes personales, los costos y la vocación son algunos de los principales
factores que cada año miles de jóvenes deben tomar en cuenta para tomar una de las decisiones más
determinantes en su futuro.
Se evalúa durante un periodo de antelación
cual será la prodigiosa profesión a la cual dedicarán toda su vida. La misión
es no equivocarse en la elección, por lo
que se informan, asisten a consejeros y hacen múltiples preguntas, todo para no
cometer ningún error, ni dejar algún detalle. La mala noticia para los
graduandos es que la mayoría de los empleos disponibles en Puerto Rico no requieren ningún estudio
profesional.
Una encuesta realizada
en el 2010 por el Departamento del
Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) reveló que la mayoría de los empleos
disponibles en la actualidad, y los que estarán durante los próximos años son:
vendedores 7.8 por ciento, cajeros 7.4
por ciento, trabajadores en restaurantes de comida rápida 5.5 por ciento, y
conserjes 2.9 por ciento.
Esta es la cruda
realidad a la que se enfrentan miles de jóvenes que tienen que recurrir a
laborar en empleos que no se asemejan a lo que estudiaron para poder llevar el pan de cada día a sus
hogares.
Para Leonardo Orta,
estudiante graduado de Trabajo Social en la Universidad de Puerto Rico en Río
Piedras (UPR), su meta siempre fue culminar su bachillerato para luego comenzar
estudios graduados, debido a que estaba consciente que con un bachillerato no
iba a poder tener el estilo de vida con el que siempre soñó.
“Hoy día todo el mundo
tiene un bachillerato, no es como antes que solo las personas adineradas eran
quienes tenían derecho a la educación. Muchos nos esforzamos en nuestras
carreras a sabiendas que quizás nunca las ejerzamos”, indicó Orta.
Es común ser atendido
por un profesional con bachillerato o con maestría en alguna tienda por
departamento que quizás tiene estudios graduados y que no ha tenido la fortuna
de tropezar con un empleo que lo aleje del destino que nunca imaginó.
Ese es el caso de
Suramy Sosa, una estudiante graduada de Ciencias Naturales de la Universidad
del Sagrado Corazón (USC), a quien su grado universitario no le ha servido de
mucha utilidad, pues solo le han ofrecido internados sin paga, y trabajos en
los que no se requiere bachillerato.
“Actualmente trabajo
en una oficina de servicio al cliente sin un sueldo fijo, sin beneficios, y en
donde mis supervisores son personas que tienen una preparación académica más
baja que la mía, pero al no encontrar nada similar a mi carrera lo tuve que
aceptar. Era eso, o nada”, sentenció la joven recién graduada.
Este es el tétrico panorama que al que se enfrentan los miles de jóvenes
que realizan grandes sacrificios para completar
sus carreas. Simplemente el mercado de empleos mayormente está
produciendo ocupaciones para las que se requiere poca o ninguna preparación y
que son de baja paga.
Datos del DTRH, establecen que actualmente los empleos de mayor demanda
se encuentran en las industrias que no se requieren tan siquiera un grado
asociado.
Asimismo, este panorama no tendrá fin pronto, pues la encuesta realizada
no revela un cambio significativo en los empleos de mayor demanda, si no que
añade para el 2018 a los guardias de seguridad.
Para ese entonces apenas el 21 por ciento de las ocupaciones requerirán
un grado universitario. El 44 por ciento de los empleos solo necesitarán un
adiestramiento.
Otro de los grandes problemas que aqueja a los profesionales es que las
universidades no han reinventado sus currículos y no están preparando a los estudiantes para enfrentar
el mundo laboral, sino que muchos de
estos se gradúan con expectativas irreales.
Según la directora del Centro de Desarrollo Ocupacional y Empleo de la
Universidad de Puerto Rico (UPR), Elsa
Marín López, los empleos para los que
recibe peticiones son mayormente para las profesiones que menos son estudiadas
o que no requieren estudios, como lo es el área de servicio al cliente.
“Nosotros tratamos de ayudar a nuestros estudiantes mientras están
completando su bachillerato. En esos casos ellos (los estudiantes) aceptan lo
que sea, pero una vez tienen su grado completado no los quieren aceptar, y es
ahí donde está el problema”, sostuvo Marín.
Asimismo, Gretchen Cordero, asistente administrativa de la compañía de
empleos Careers, Inc, explicó que ellos tienen la encomienda de suplir lo que
el cliente les pida tanto para Puerto Rico como para Estados Unidos.
”Nosotros cubrimos una necesidad y cada vez que llegan empleos llamamos
a los solicitantes. Ya luego de eso ellos pasan a ser parte de esa compañía, pero no reciben inicialmente un
contrato”, explicó Cordero.
Quizás con la esperanza de tener un mejor futuro y un mejor empleo, los
profesionales una vez terminan su bachillerato deciden comenzar estudios post
grados, que le aseguren un mejor empleo. La realidad es que según la encuesta
del DRH apenas un 4 por ciento de los patronos quiere reclutar profesionales
con grados de maestría o más.
La actual situación económica
hace que los procesos de selección hayan cambiado radicalmente. Hace pocos años
las empresas tenían serias dificultades para encontrar personal preparado y ahora sucede lo contrario.
Las empresas deciden contratar un personal menos calificado, porque éste
le resulta más económico que si decidieran contratar a una persona preparada.
El problema de esto radica cuando estas personas no cualificadas ocupan ciertos
puestos y no tienen capacidad para manejarlos.
Debido a esto, muchos profesionales han tenido que recurrir a mentir en
su preparación, para lograr ser contratados. A pesar de que poseen conocimiento
en diferentes idiomas y concentraciones, mienten debido a que es la única
manera de ser contratados, así sea por el mínimo federal.
Al parecer con el pasar de los años ha
cambiado la idea de que se necesitaba un
grado universitario para tener éxito en la vida. Ahora, quizás el paramara sea
a la inversa, y solo se necesite un diploma de escuela superior. Aunque esto no
otorgará el éxito y el conocimiento que cada ser humano necesita, al menos les
llevará a sus hogares el pan de cada día.
Nota del editor: En la edición de
mañana será publicado el tercer y último reportaje de una serie investigativa
sobre la escasez de empleo para los profesionales en donde conoceremos como la
deficiencia económica que existe en el país impide la creación de nuevos
empleos.
Si no hay empleos… ¿en dónde trabajo?
Nota del editor:
Hoy finaliza la serie investigativa sobre la escasez de empleo para los
profesionales. En este último reportaje presentaremos las deficiencias que ha
tenido el gobierno para atraer nuevos comerciantes y crear más plazas de
trabajo.
Temprano en la mañana las sillas del
Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, en Carolina, (DTRH) estaban llenas
a capacidad, apenas había cuatro o cinco sillas disponibles. El ambiente era
calmado, en donde los clientes esperaban pacientemente ser atendidos, mientras
los empleados hacían uno que otro chiste entre cada persona que atendían.
Los que esperaban, en su mayoría no
pasaban los 40 años, pero tuvieron que recurrir allí en busca de ayuda, debido
a que el mercado laboral al cual salieron con hambre de triunfar, no tiene, ni
ha creado nuevos empleos que les permitan desarrollarse como profesionales.
Actualmente es más la cantidad de graduados,
que los empleos que están disponibles, provocado en gran parte por la
saturación en el mercado laboral.
Debido
a la falta de nuevos empleos los jóvenes se ven obligados a aceptar cualquier
trabajo, aunque sea con un sueldo inferior, en lo que esperan a que se abran
nuevas plazas.
A
la joven Winelda Liz Birriel, graduada de Justicia Criminal, de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Carolina
(UPRC), no le tomó
por sorpresa que luego de
terminar sus estudios no
encontrara empleos asociados a lo que estudió.
“Yo
me gradúe hace dos años y todavía no he encontrado ningún trabajo en mi
especialización. He visitado varias agencias de empleo y siempre me dicen que
se están abriendo plazas y quedarán en llamarme, pero la llamada nunca llega”,
explicó Birriel.
Para
lograr que la economía progrese y se puedan crear nuevos empleos tiene que
existir una alta producción económica por parte de los ciudadanos.
Según
el economista Rafael Llompart, lo que genera empleos e ingresos en la Isla son
los gastos de los consumidores. Si las personas no tienen dinero para gastar no
progresa la economía, por consiguiente la creación de empleos es baja, pues no
hay un público que lo respalde.
Asimismo,
otro de los factores externos que afecta a Puerto Rico, es que este se ve
impactado por lo que sucede en la economía global y la de Estados Unidos.
La escasez de trabajo, las cancelaciones de contratos, las reorganizaciones
dentro de las compañías, los avances tecnológicos, la bancarrota, han sido
algunos de los factores que han propiciado los despidos en la Isla, y que ponen
entre la espada y la pared a quienes piensan aventurarse en la creación de
nuevos empleos.
Por
su parte, las microempresas han sido una
fuente de autogestión por excelencia que muchos puertorriqueños contemplan, no
tan solo para el beneficio individual, si no para fomentar nuevos empleos en
Puerto Rico.
Para
beneficio de estos comerciantes fue creada la Ley 52, la cual es un fondo que
se nutre de una contribución especial sufragada por los patronos acogidos a la
Ley de Seguridad de Empelo. Estos fondos
se utilizan para promover oportunidades de trabajo y mantener empleos que estén
en peligro.
Según
la directora ejecutiva del Negociado para el Fomento de Oportunidades de
Empleo, Dorca Rosario, los fondos en años pasados fluctuaban entre los $60
millones, hoy día solo reciben $30 millones. Esto se debe a que muchos negocios
han tenido que cerrar.
“A
pesar de que hoy contamos con menos patronos, nuestro interés es ayudar a que se
creen nuevos empleos. Nosotros ayudamos
mucho a los pequeños comerciantes y los ayudamos a que puedan establecer nuevos
negocios que eventualmente serán beneficiosos para todos”, explicó Rosario.
Uno de los grandes retos que enfrentan los empresarios en la Isla es el
pago a sus empleados. Los costos operacionales en Puerto Rico no son los más bajos, lo cual
provoca que se haga más complejo que los empresarios puedan sustentar sus
empleados y cumplir con las reglamentaciones del país.
A pesar de que el Gobierno de Puerto Rico dice tener una recuperación
económica y un alza en la creación de empleos, la Isla sigue rezagada en la
cantidad de personas que están fuera de la fuerza laboral.
La tasa de participación laboral la integran aquellas personas que
suministran mano de obra para la producción de servicios económicos, o que
están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a la al mercado laboral.
Una encuesta oficial del DTRH demostró que, sorprendentemente,
de este grupo apenas un 39.2 por ciento, menos de la mitad de la población, están
activos en el mercado laboral. Asimismo, este escenario se vuelve más
impactante cuando se compara con los 50 estados
estadounidenses, en donde el estado con la tasa de participación más baja entre
todos es Virginia Occidental, con 53.9 por ciento.
Ciertamente, no se puede negar que en los últimos meses
hubo creación de nuevos empleos, pero estos son mayormente en las megatiendas,
donde principalmente reclutan cajeros y
vendedores.
Uno de los problemas centrales en Puerto Rico es el
diseño y la implantación efectiva de proyectos de desarrollo y de crecimiento
económico que atiendan localmente necesidades realmente apremiantes, y
este modelo en la Isla ha caducado.
Para el sub director de interino de encuestas, Juan. R.
López Rivera la manufactura era el
sector principal de la economía de Puerto Rico. Este funcionaba como enlace entre la Isla y el mercado global.
“El modelo económico está desgastado. No hay plazas creadas.
Antes la manufactura y los negocios eran muchísimos, ahora esto ha mermado de
manera significativa”, explicó López.
Es imposible nombrar las características
específicas que debe tener un país para
lograr obtener un funcionamiento perfecto de la economía. Ciertamente
Puerto Rico no es el único país con déficit, si no que la crisis estructural
está presente en muchos países donde las compañías bajaron sus tasas de
ganancias.
Todos estos fenómenos ocurren en todo el mundo
en mayor o menor grado. Por su parte, Puerto Rico tiene que transformar su
productividad y hacerse más atractivo para cautivar nuevos comerciantes a la
Isla. Todo esto sin olvidar la unión de su gente, sin importar cuál sea su
sueldo, lugar de residencia o ideologías, al final del día todos conviven bajo
la misma dimensión…100 x 35.
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