15 de mayo de 2013

Me gradué: ¿y ahora qué?


Suleidy Sosa Hernández
Estudiante de Periodismo de la USC


EDITORIAL
Sin esperanza los graduados

El futuro de los profesionales en Puerto Rico no es tan alentador como ellos esperan que sea. Alrededor de 15,000 estudiantes se gradúan cada año con la esperanza de conseguir un empleo en su especialización, pero la realidad es que el mercado laboral no está preparado para recibirlos.
Luego de obtener una preparación universitaria estos profesionales se topan con la triste noticia de que su bachillerato, maestría e incluso doctorado no les va a asegurar un buen empleo. En cambio, sí les puede ofrecer oportunidades de trabajo en aéreas de servicio al cliente, meseros, guardias de seguridad, entre otras ocupaciones que no requieren ningún título universitario.

Lo peor de esta situación es que este escenario no supone cambios hasta el 2018, en donde esperan un alza en empleos. Estos profesionales no tienen otra opción que emigrar de Puerto Rico en busca de las oportunidades que su Isla no les puede ofrecer.
 Esto más allá de ser un problema individual, es un problema colectivo que afecta a toda la sociedad. Mientras el escenario laboral no mejore, más serán los talentos que se irán fuera del país, y asimismo más serán los jóvenes que desistan de estudiar una carrera universitaria, debido que sin ella pueden estar en la misma posición que una persona que se quemó las pestañas por cuatro años.
A pesar del panorama desalentador donde se presenta un déficit millonario, a la sociedad puertorriqueña no le queda más que esperar que las promesas del gobernador electo Alejandro García Padilla, de crear  50,000 empleos en 18 meses, se hagan realidad y puedan contribuir al país como los profesionales que son.


No hay trabajo pa’ tanta gente

Nota del editor: Este es el primero de una serie investigativa de tres reportajes sobre la escasez de empleo para los profesionales. En este reportaje conoceremos cómo la fuga de talentos ha afectado a Puerto Rico.

Llenos de entusiasmo, algarabía y con muchos sueños, miles de graduandos celebran el día que culminan su bachillerato. Pero a la misma vez hay quienes solo están pensando en el número de vuelo que los alejará de su Isla y los llevará a otro destino en el que esperan alcanzar los empleos que su país no les puede ofrecer.
Cansados de andar para aquí, para allá, de llenar solicitudes de trabajo y de no contar con las recomendaciones necesarias que puedan colocarlos en un buen puesto de trabajo, miles de profesionales han optado por no continuar buscando una oportunidad de empleo que parece inalcanzable.
Tal es el caso de la joven Karen Pinet, graduada de asistente administrativa de la Universidad del Este (UNE),  quien cuando se graduó pensó que había culminado la parte más difícil de su formación profesional, sin pensar que el camino más complicado lo inició el día que, vestida con su emblemática toga, escuchó la conocida frase “los declaro graduados”.
“Yo terminé mi carrera con muchos sacrificios. Tuve que pedir préstamos para poder pagar los gastos de la Universidad, pero lo hacía contenta porque era lo que quería. Ahora sinceramente pongo en duda si todo ese esfuerzo valió la pena”, explicó Pinet.
Miles de profesionales que completaron largos años de estudio tienen que emigrar a otros países porque simplemente el país no está preparado para recibirlos. En este año Estados Unidos ha sufrido un fenómeno migratorio debido principalmente a la falta de empleos en la Isla,  al igual que por la alta incidencia criminal.
Una encuesta realizada por  el periódico USA Today reveló que cerca del 45 por ciento  de los residentes de Puerto Rico, quienes son un total de 3.7 personas, han considerado dejar la Isla y trasladarse a Estados Unidos en busca de una mejor situación económica.
Según el economista y profesor de la Universidad del Sagrado Corazón (USC) Rafael Llompart otra de las causas que ha propiciado la fuga de talentos es la diferencia salarial entre Puerto Rico y otros países.
“Los sueldos son muy bajos y eso es algo que motiva a emigrar. Todos tienen su derecho a hacerlo, pero eso definitivamente afecta a la estructura social de nuestro país que se está quedando sin profesionales capacitados que pueden contribuir a la economía del país”, explicó Llompart.
Ciertamente Puerto Rico está perdiendo sus mejores talentos sin importar de la clase social que provengan. La decisión de emigrar ha dependido de las diferencias en remuneraciones y el alza en el desempleo que actualmente se encuentra en 13.5 por ciento.
Según el economista Llompart, Puerto Rico no había tenido que pasar por una crisis como ésta desde la década de los años 30, a la cual ahora nombran como recesión.
“El gobierno ha tenido que tomar decisiones que en muchos casos no han sido las más correctas ya que quizás han empeorado la situación del país, pero también han realizado otras que, aunque no se justifican, han sido para el bienestar del país”, explicó el economista aludiendo a los despidos por la Ley 7.
Para Suheil Torres, madre soltera y profesional en el campo de sistemas de justicia, el haber sido cesanteada en el 2010 fue una de las peores desgracias de su vida, debido a que desde ese momento no ha podido obtener un empleo como el que tenía en el Departamento de la Familia (DF)
“Después de haber sido cesanteada he ido a muchísimas entrevistas de trabajo y nunca me llaman. Ya he tenido que optar por trabajar de vendedora en tiendas porque tengo que darle de comer a mi hijo, pero no es justo, cuando yo estudié y me preparé”, explicó la mujer con un tono de frustración y coraje.
La crisis económica ha debilitado la producción del País que en estos momentos se encuentra baja, y ha provocado que los empleos disminuyan.
“Lo que genera empleos e ingresos es el gasto de los consumidores y es ahí donde está el problema. Mientras más gente haya sin trabajo, menos se puede gastar”, explicó Llompart aludiendo a la situación económica
A pesar de ese panorama, el crecimiento económico de Puerto Rico en los pasados años había brindado un resultado negativo; hoy, aunque no de manera excesiva, ya se comienza a ver una mejoría en la actividad económica.
Otro de los problemas que contribuye al desempleo en Puerto Rico es que las Universidades no han reinventado sus currículos y muchos están obsoletos y no representan la realidad del mundo laboral en que vivimos.
Las universidades tienen que reinventar sus ofrecimientos académicos y preparar a los estudiantes a que existe un mercado laboral que está estancado. Ese mismo mercado no está preparado para recibir cientos de estudiantes especializados en la misma área.
Cada año se gradúan cerca de 15,000 estudiantes universitarios y de esos el 58 por ciento eligieron profesiones relacionadas a los campos de la ciencia, medicina, educación y administración de empresas. Según datos de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPR), Mayagüez y Humacao, esta tendencia no está muy alejada lo que está requiriendo el mundo laboral. Asimismo, profesiones como las de sistema de información, a pesar de no ser tan populares entre los graduandos, están teniendo un abundante crecimiento.
La situación del mercado laboral de Puerto Rico en los últimos cinco años ha estado caracterizada por una recesión económica. El segmento de la población joven ha evidenciado una disminución en la participación laboral  y un aumento en el por ciento de desempleo. Los datos para el año 2011,  muestran que alrededor de tres de cada diez jóvenes (29.7 por ciento) que participan en el mercado laboral están desempleados. La mayoría de éstos son jóvenes de jóvenes entre 16 a 24 años.
Según un estudio del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos se espera un alza de 59,384 empleos del 2008 al 2018. De esos, las profesiones de mayor crecimiento se relacionan a la informática, las ciencias, analistas de sistemas de redes, técnicos de farmacia e ingenieros de diseño de programas de computadora.
Ante la crisis económica y de empleo actual, muchas personas han optado por nuevas oportunidades laborales. Si bien es cierto que empleos bien remunerados hay pocos, también es un hecho que el más preparado es el que logrará salir victorioso.
Asimismo, universidades como el  Recinto Universitario de Mayagüez (RUM)  son monitoreadas por las corporaciones estadounidenses en busca de graduandos, sobre todo, de ingenieros bilingües.
El problema de la fuga de cerebros no únicamente afecta al graduando, sino que es un inconveniente que afecta a toda la ciudadanía. Pero, lamentablemente no tienen otra opción, y mucho menos cuando han agotado todos sus recursos.
Este enigma va más allá de que uno, o que otro decidan mudarse y hasta cambiar su manera de hablar y de vivir. Esto se ha convertido en una fuga de sueños, anhelos y de  ilusiones.

Nota del editor: En la continuación de la serie, mañana conoceremos cuales son los empleos que tienen más auge en la Isla.


Mundo de ocupaciones, no de profesiones

Nota del editor: Este es el segundo de una serie investigativa de tres reportajes sobre la escasez de empleo para los profesionales. En este reportaje presentaremos los empleos que están disponibles en el país y la pobre educación que se requiere para estos.

El proceso de la selección de una carrera universitaria es una fase trascendental en la vida de todo estudiante que desea iniciar estudios profesionales. Las aptitudes personales, los costos y la vocación son algunos de los principales factores que cada año miles de jóvenes deben tomar en cuenta  para tomar una de las decisiones más determinantes en su futuro.
 Se evalúa durante un periodo de antelación cual será la prodigiosa profesión a la cual dedicarán toda su vida. La misión es no equivocarse  en la elección, por lo que se informan, asisten a consejeros y hacen múltiples preguntas, todo para no cometer ningún error, ni dejar algún detalle. La mala noticia para los graduandos es que la mayoría de los empleos disponibles en  Puerto Rico no requieren ningún estudio profesional.
Una encuesta realizada en el  2010 por el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) reveló que la mayoría de los empleos disponibles en la actualidad, y los que estarán durante los próximos años son: vendedores 7.8  por ciento, cajeros 7.4 por ciento, trabajadores en restaurantes de comida rápida 5.5 por ciento, y conserjes 2.9 por ciento.
Esta es la cruda realidad a la que se enfrentan miles de jóvenes que tienen que recurrir a laborar en empleos que no se asemejan a lo que estudiaron  para poder llevar el pan de cada día a sus hogares.
Para Leonardo Orta, estudiante graduado de Trabajo Social en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPR), su meta siempre fue culminar su bachillerato para luego comenzar estudios graduados, debido a que estaba consciente que con un bachillerato no iba a poder tener el estilo de vida con el que siempre soñó.
“Hoy día todo el mundo tiene un bachillerato, no es como antes que solo las personas adineradas eran quienes tenían derecho a la educación. Muchos nos esforzamos en nuestras carreras a sabiendas que quizás nunca las ejerzamos”, indicó Orta.
Es común ser atendido por un profesional con bachillerato o con maestría en alguna tienda por departamento que quizás tiene estudios graduados y que no ha tenido la fortuna de tropezar con un empleo que lo aleje del destino que nunca imaginó.
Ese es el caso de Suramy Sosa, una estudiante graduada de Ciencias Naturales de la Universidad del Sagrado Corazón (USC), a quien su grado universitario no le ha servido de mucha utilidad, pues solo le han ofrecido internados sin paga, y trabajos en los que no se requiere bachillerato.
“Actualmente trabajo en una oficina de servicio al cliente sin un sueldo fijo, sin beneficios, y en donde mis supervisores son personas que tienen una preparación académica más baja que la mía, pero al no encontrar nada similar a mi carrera lo tuve que aceptar. Era eso, o nada”, sentenció la joven recién graduada.
Este es el tétrico panorama que al que se enfrentan los miles de jóvenes que realizan grandes sacrificios para completar  sus carreas. Simplemente el mercado de empleos  mayormente está produciendo ocupaciones para las que se requiere poca o ninguna preparación y que son de baja paga.
Datos del DTRH, establecen que actualmente los empleos de mayor demanda se encuentran en las industrias que no se requieren tan siquiera un grado asociado.
Asimismo, este panorama no tendrá fin pronto, pues la encuesta realizada no revela un cambio significativo en los empleos de mayor demanda, si no que añade para el 2018 a los guardias de seguridad.  Para ese entonces apenas el 21 por ciento de las ocupaciones requerirán un grado universitario. El 44 por ciento de los empleos solo necesitarán un adiestramiento.
Otro de los grandes problemas que aqueja a los profesionales es que las universidades no han reinventado sus currículos y no están  preparando a los estudiantes para enfrentar el mundo laboral, sino que muchos  de estos se gradúan con  expectativas irreales. 
Según la directora del Centro de Desarrollo Ocupacional y Empleo de la Universidad de Puerto Rico (UPR),  Elsa Marín López,  los empleos para los que recibe peticiones son mayormente para las profesiones que menos son estudiadas o que no requieren estudios, como lo es el área de servicio al cliente.
“Nosotros tratamos de ayudar a nuestros estudiantes mientras están completando su bachillerato. En esos casos ellos (los estudiantes) aceptan lo que sea, pero una vez tienen su grado completado no los quieren aceptar, y es ahí donde está el problema”, sostuvo Marín.
Asimismo, Gretchen Cordero, asistente administrativa de la compañía de empleos Careers, Inc, explicó que ellos tienen la encomienda de suplir lo que el cliente les pida tanto para Puerto Rico como para Estados Unidos.
”Nosotros cubrimos una necesidad y cada vez que llegan empleos llamamos a los solicitantes. Ya luego de eso ellos pasan a ser parte de  esa compañía, pero no reciben inicialmente un contrato”, explicó Cordero.
Quizás con la esperanza de tener un mejor futuro y un mejor empleo, los profesionales una vez terminan su bachillerato deciden comenzar estudios post grados, que le aseguren un mejor empleo. La realidad es que según la encuesta del DRH apenas un 4 por ciento de los patronos quiere reclutar profesionales con grados de maestría o más.
 La actual situación económica hace que los procesos de selección hayan cambiado radicalmente. Hace pocos años las empresas tenían serias dificultades para encontrar personal  preparado y ahora sucede lo contrario.
Las empresas deciden contratar un personal menos calificado, porque éste le resulta más económico que si decidieran contratar a una persona preparada. El problema de esto radica cuando estas personas no cualificadas ocupan ciertos puestos y no tienen capacidad para manejarlos.
Debido a esto, muchos profesionales han tenido que recurrir a mentir en su preparación, para lograr ser contratados. A pesar de que poseen conocimiento en diferentes idiomas y concentraciones, mienten debido a que es la única manera de ser contratados, así sea por el mínimo federal.
 Al parecer con el pasar de los años ha cambiado la idea de que se necesitaba  un grado universitario para tener éxito en la vida. Ahora, quizás el paramara sea a la inversa, y solo se necesite un diploma de escuela superior. Aunque esto no otorgará el éxito y el conocimiento que cada ser humano necesita, al menos les llevará a sus hogares el pan de cada día.

Nota del editor: En la edición de mañana será publicado el tercer y último reportaje de una serie investigativa sobre la escasez de empleo para los profesionales en donde conoceremos como la deficiencia económica que existe en el país impide la creación de nuevos empleos.


Si no hay empleos… ¿en dónde trabajo?


Nota del editor: Hoy finaliza la serie investigativa sobre la escasez de empleo para los profesionales. En este último reportaje presentaremos las deficiencias que ha tenido el gobierno para atraer nuevos comerciantes y crear más plazas de trabajo.

Temprano en la mañana las sillas del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, en Carolina, (DTRH) estaban llenas a capacidad, apenas había cuatro o cinco sillas disponibles. El ambiente era calmado, en donde los clientes esperaban pacientemente ser atendidos, mientras los empleados hacían uno que otro chiste entre cada persona que atendían.
Los que esperaban, en su mayoría no pasaban los 40 años, pero tuvieron que recurrir allí en busca de ayuda, debido a que el mercado laboral al cual salieron con hambre de triunfar, no tiene, ni ha creado nuevos empleos que les permitan desarrollarse como profesionales.
Actualmente es más la cantidad de graduados, que los empleos que están disponibles, provocado en gran parte por la saturación en el mercado laboral.
Debido a la falta de nuevos empleos los jóvenes se ven obligados a aceptar cualquier trabajo, aunque sea con un sueldo inferior, en lo que esperan a que se abran nuevas plazas.
A la joven Winelda Liz Birriel, graduada de Justicia Criminal, de la  Universidad de Puerto Rico Recinto de Carolina (UPRC),  no le tomó por sorpresa que luego de terminar sus estudios no encontrara empleos asociados a lo que estudió.
“Yo me gradúe hace dos años y todavía no he encontrado ningún trabajo en mi especialización. He visitado varias agencias de empleo y siempre me dicen que se están abriendo plazas y quedarán en llamarme, pero la llamada nunca llega”, explicó Birriel.
Para lograr que la economía progrese y se puedan crear nuevos empleos tiene que existir una alta producción económica por parte de los ciudadanos.
Según el economista Rafael Llompart, lo que genera empleos e ingresos en la Isla son los gastos de los consumidores. Si las personas no tienen dinero para gastar no progresa la economía, por consiguiente la creación de empleos es baja, pues no hay un público que lo respalde.
Asimismo, otro de los factores externos que afecta a Puerto Rico, es que este se ve impactado por lo que sucede en la economía global y la de Estados Unidos.
La escasez de trabajo, las cancelaciones de contratos, las reorganizaciones dentro de las compañías, los avances tecnológicos, la bancarrota, han sido algunos de los factores que han propiciado los despidos en la Isla, y que ponen entre la espada y la pared a quienes piensan aventurarse en la creación de nuevos empleos.
Por su parte, las microempresas  han sido una fuente de autogestión por excelencia que muchos puertorriqueños contemplan, no tan solo para el beneficio individual, si no para fomentar nuevos empleos en Puerto Rico.
Para beneficio de estos comerciantes fue creada la Ley 52, la cual es un fondo que se nutre de una contribución especial sufragada por los patronos acogidos a la Ley de Seguridad de Empelo.  Estos fondos se utilizan para promover oportunidades de trabajo y mantener empleos que estén en peligro.
Según la directora ejecutiva del Negociado para el Fomento de Oportunidades de Empleo, Dorca Rosario, los fondos en años pasados fluctuaban entre los $60 millones, hoy día solo reciben $30 millones. Esto se debe a que muchos negocios han tenido que cerrar.
“A pesar de que hoy contamos con menos patronos, nuestro interés es ayudar a que se creen nuevos empleos.  Nosotros ayudamos mucho a los pequeños comerciantes y los ayudamos a que puedan establecer nuevos negocios que eventualmente serán beneficiosos para todos”, explicó Rosario.
Uno de los grandes retos que enfrentan los empresarios en la Isla es el pago a sus empleados. Los costos operacionales en  Puerto Rico no son los más bajos, lo cual provoca que se haga más complejo que los empresarios puedan sustentar sus empleados y cumplir con las reglamentaciones del  país.
A pesar de que el Gobierno de Puerto Rico dice tener una recuperación económica y un alza en la creación de empleos, la Isla sigue rezagada en la cantidad de personas que están fuera de la fuerza laboral.
La tasa de participación laboral la integran aquellas personas que suministran mano de obra para la producción de servicios económicos, o que están disponibles y hacen gestiones para incorporarse a la al mercado laboral.
Una encuesta oficial del DTRH demostró que, sorprendentemente, de  este grupo apenas un 39.2 por ciento,  menos de la mitad de la población, están activos en el mercado laboral. Asimismo, este escenario se vuelve más impactante cuando se compara con los 50 estados estadounidenses, en donde el estado con la tasa de participación más baja entre todos es Virginia Occidental, con 53.9 por ciento.
Ciertamente, no se puede negar que en los últimos meses hubo creación de nuevos empleos, pero estos son mayormente en las megatiendas, donde  principalmente reclutan cajeros y vendedores.
Uno de los problemas centrales en Puerto Rico es el diseño y la implantación efectiva de proyectos de desarrollo y de crecimiento económico que atiendan localmente necesidades realmente apremiantes, y este  modelo en la Isla ha caducado.
Para el sub director de interino de encuestas, Juan. R. López Rivera  la manufactura era el sector  principal de la economía de Puerto Rico. Este funcionaba  como enlace entre la Isla y el  mercado global.
“El modelo económico está desgastado. No hay plazas creadas. Antes la manufactura y los negocios eran muchísimos, ahora esto ha mermado de manera significativa”, explicó López.
Es  imposible nombrar las características específicas que debe tener un país para  lograr obtener un funcionamiento perfecto de la economía. Ciertamente Puerto Rico no es el único país con déficit, si no que la crisis estructural está presente en muchos países donde las compañías bajaron sus tasas de ganancias.
 Todos estos fenómenos ocurren en todo el mundo en mayor o menor grado. Por su parte, Puerto Rico tiene que transformar su productividad y hacerse más atractivo para cautivar nuevos comerciantes a la Isla. Todo esto sin olvidar la unión de su gente, sin importar cuál sea su sueldo, lugar de residencia o ideologías, al final del día todos conviven bajo la misma dimensión…100 x 35.

Diciembre 2012

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